(DISPONIBLE TAMBIÉN EN SUEÑOVELA)
[Borrador]
Curiosa, misteriosa y humana.
La vida normal de Ice empezó a cambiar cuando sucesos o más bien individuos misteriosos comenzaron a aparecer en su vida. Blak; Maximous Blak fue lo primero, el chico por...
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Había entrado a su casa. No había indicios de que hubiera buscado algo, todo estaba en el mismo lugar en el que ellos dejaron todo, solo tenían la prueba de quien fue porque había dejado su auto.
Caos.
Sabía que él estaría investigando por su cuenta, lo que no sabía era la razón.
Bufó y encendió un cigarrillo. Los nervios lo carcomía. De repente todos se oponían a él, lo traicionaban. Justo en un momento crucial.
- Ya verán - se dijo a sí mismo, como si fuera una promesa.
-Señor- dijeron detrás suyo. Él se dio la vuelta, encarando al dueño de aquella voz. Su rostro no disimulaba el enojo y la exasperación, y aquello atemorizaba a quien estaba a su lado- hemos registrado la propiedad, pero no hemos encontrado nada, ni siquiera que falte algo- la voz temblorosa lo irritó aún más.
- Él debe seguir ahí, no puede desaparecer de la nada- comenzó a decir, su voz sonaba grave, inexpresiva y aterradora. - Debe estar aquí-
- Si señor- el hombre rápidamente se fue temeroso.
Mientras miraba a aquel hombre irse, tiró la colilla del cigarrillo al suelo. Luego sacó otro y lo encendió.
Pasó su mano por su pelo, exasperado, nervioso. ¿Porque Caos estaba allí? ¿Porque no se había llevado nada?
Hasta que una idea iluminó su mente. Tiró al suelo el cigarrillo por la mitad y caminó rápidamente hacia los demás.
- Vámonos - gritó a todos, los cuales al instante acataron sus órdenes.
Se subió a su auto y luego su conductor. Antes de que este pusiera en marcha el auto, su mano lo freno.
-Espera mi señal- no lo cuestionó, solo siguió lo mandado. Luego de que todos se marcharan, este lo miro- Estaciona en la esquina, seguramente saldrá de donde sea que se esconde- el chófer lo obedeció. Hizo lo mandado y juntos miraron si Caos aparecía.
El sol se escondía, y el auto seguía en el mismo lugar.
Fumó otro cigarrillo. Y otro.
Hasta que lo vio subirse, y marcharse.
Sonrió.
-Síguelo- mandó triunfante.
- Si Sr Fowler- respondió el chófer.
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