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Sus pies dolían, al igual que sus rodillas, las cuales le ardían debido a una caída que tuvo algunas cuadras más atrás. Sentía que no lograría llegar tan lejos, además, la posibilidad de que alguien le ayudara era de un casi nulo por ciento, ya que al ser de madrugada, nadie transitaba por allí.

Llegó a lo que parecía ser un callejón sin salida, se ocultó entre algunas cajas vacías que estaban tiradas. Su cuerpo temblaba, no sabía con exactitud si se debía al frío que sentía o al miedo que tenía.

Tapó su boca con ambas manos, había escuchado pasos cerca, pero para suerte de ella se alejaron en seguida. Tocó con cuidado una de sus mejillas, le dolía, de seguro que tendría un gran hematoma para el día siguiente... si es que salía de aquella situación.

Pasaron algunos minutos, con mucho nerviosismo giró su cabeza para ver si el lugar era seguro para salir de allí e ir a otro lugar.

Mala decisión.

- ¿Por qué huyes de mí? – Aquel rostro del que tanto huyó, estaba frente a ella, con la misma sonrisa distorsionada en su rostro. La tomó del cabello hasta incluso levantarla del suelo, dejando caer un golpe sobre su pómulo.

Se despertó en la cama, llevando una de sus manos hasta su pecho, estaba acelerada, sentía la necesidad de respirar más rápido. Pasó su otra mano por el rostro, limpiando las lágrimas que tenía debido a aquella pesadilla.

Tomó asiento para alcanzar su celular que estaba un poco más lejos de ella.

Eran las 03:45 hrs., aquellas pesadillas se habían vuelto una rutina para ella. Miró algunos mensajes que tenía.



Emma^^:

"________, él tocó mi cabello, ya es algo, ¿no?"

"Quiero invitarlo a comer, pero mi hermano no se despega de él, dame consejos"

"La próxima semana tiene reunión de la pandilla, ¿me acompañarías?, no quiero estar sola."



Dr. Sato:

"Jefa, abrieron un local de pizza cerca del hospital, ¿me invitas a comer?"

"Tienes que firmar algunos documentos, que no se te olvide pasar por aquí mañana, así me llevas a comer."



- Al menos alguien me escribe, es mejor a que no te hablen. – Observó aquel papel blanco que estaba junto a la lámpara, aún dudaba si lo había hecho a propósito o si de verdad se equivocó.

Se recostó nuevamente en la cama, respondería los mensajes en la mañana.





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Su vista se oscureció por completo al sentir unas manos sobre sus ojos, ni siquiera había sentido a alguien cerca de ella antes de eso. Dejó de tocar las teclas del piano para ahora tocar las manos que estaban en su rostro, eran de un tamaño mayor a las de ella.

ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ   ~    ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora