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14 de octubre, 2005


– "No te preocupes si vez que hay luz encendida en tu casa para cuando llegues, seré yo esperándote." – Rindou acababa de enviarle aquel mensaje.



¿Cómo sabía que ella estaba trabajando y no en su casa?, bueno, no es como si tuviera otra cosa que hacer.



"Que bueno que me avisaste, no entraría de no saber... espero verte."



Una cabeza curiosa se acercó a _________, tratando de leer la conversación que tenía con el chico – Doctor Sato, ¿no tiene nada más que hacer? – Ocultó el celular en el bolsillo de su chaqueta.

– La verdad es que no. – Tomó asiento a su lado, dejando unos documentos en la silla junto a él – Y dime, ¿cómo has estado estos días? – Trataba de aguantar sus ansias de preguntar, pero le era imposible mantenerse callado – Y aquel chico de ese día... ¿qué son ustedes dos? – Elevó una de sus cejas.

Ella lo observó de reojo – No somos amigos si es lo que te preguntas. – Trató de mirar en otra dirección para ocultar el sonrojo de sus mejillas.

– Uy, claro que no son amigos. – Habló con un tono más divertido – Si los amigos no se besan, claro que no son amigos. – Le pellizcó una mejilla, arrepintiéndose de su acción – Lo siento, no le digas a tu novio. –

Negó con su cabeza mientras miraba sus pies – Tampoco es mi novio... hay que pedirlo para serlo, ¿no? – Lo observó unos segundos para luego rodar sus ojos – Para qué te pregunto, ni novia tienes, que vas a saber. – Resopló.

– Amanecimos bravas. – Cruzó sus brazos tratando de minimizar las palabras dichas por la chica – En todo caso, no tengo novia porque no quiero, pero tú... tú si quieres pero esperas a que él te lo pida. – Desordenó el cabello de la contraria.

Llevó sus manos a su rostro para buscar refugio en ello – Basta, me estás exhibiendo. –

– Como sea, si es tu novio o no... si él llegara a lastimar tus sentimientos, voy a protegerte, aunque me rompa los huesos en el intento. – Tomó nuevamente sus documentos y se levantó para retirarse del lugar.

– Doctor Sato. – Esperó a que el mencionado la mirara – Gracias. – Le sonrió, recibiendo lo mismo de vuelta.






Ya se le había hecho tarde, así que era hora de volver a su casa. Esta vez tomó un taxi para evitar caminar por la oscuridad.

La necesidad de saber qué estaba planeando Rindou en su casa era lo que más le causaba intriga. Tenía sus sospechas, quizás planearía una noche de películas o una cena, aunque no se imaginaba al chico cocinando, y mucho menos a ella.

Tal y como le había dicho, las luces de su casa estaban encendidas. Le sería difícil adivinar ya que no se lograba ver nada a través de las cortinas, además, tampoco había un solo ruido en el lugar, eso le parecía algo extraño.

Caminó hasta la puerta principal, de seguro él ya sabía que ella estaba ahí, pero de igual forma tocó la puerta tres veces, anunciando que estaba por ingresar – ¿Puedo entrar? –

– ¡Espera! – Se escuchó desde adentro, unos segundos más pasaron para que hablara nuevamente – Ahora sí, puedes pasar. –

_________ arregló su cabello un tanto emocionada. Era la primera vez que alguien que no fueran sus familiares o doctores le preparaban una sorpresa.

Abrió la puerta con lentitud, asomando primero su cabeza con curiosidad. Ingresó su cuerpo completo mientras se acercaba al chico con una gran sonrisa en su rostro.

Él la recibió con un gran abrazo, rodeando su cintura por completo – Ansiaba verte. – Acercó su rostro para dejar un corto beso sobre sus labios – Te tengo una sorpresa. – Se hizo a un lado para enseñarle la caja de un tamaño algo grande, aproximadamente le llegaba a su rodilla de altura.

Las manos ansiosas de la chica ya esperaban abrir aquella caja – ¿Puedo? – Preguntaba con un brillo en sus ojos.

– Adelante. – Le dio su aprobación. Se mantuvo cerca de ella para ver su reacción.

Dejó sus cosas en el sofá y se hincó frente a aquella caja. Con cuidado tomó la cinta y la quitó de allí, luego quitó la parte superior de la caja y seguido salió un globo que llegó hasta el techo. Se distrajo un poco mirando aquel globo que olvidó por completo el regalo principal, hasta que un sonido captó su atención.

Un suave ladrido.

Un pequeño cachorrito movía su cola dentro de la caja, parecía estar ansioso de salir para jugar con la chica. ________ miró nuevamente a Rindou, quien se veía feliz por el regalo que le estaba dando – ¿Es para mí? – Habló con un tono de voz que indicaba lo cerca que estaba de llorar. Tomó al cachorro con sus manos y lo sacó de allí, era de pelaje amarillo y ojos oscuros, por el tamaño de sus patas se podía saber que sería un perro grande.

Rindou se hincó para estar a su mismo nivel – Pensaba en comprarte un labrador, pero justo cuando iba a la tienda de mascotas me encontré a éste en la calle... estaba algo desnutrido así que lo tuve unos días conmigo. – Acercó su mano para acariciar a la mascota – Orinó la cama de Ran así que somos grandes amigos ahora. –

Las lágrimas recorrían el rostro de ________, lo que tanto estuvo buscando por fin lo tenía. Estaba feliz con solo aquel momento, miró el collar celeste que el cachorro llevaba en su cuello – ¿Liam? – Le preguntó al rubio.

Éste asintió – Leí que significa "protector" en alguna parte, él será tu protector cuando yo no pueda estar contigo. – La observaba, no tenía idea que reaccionaría de esa manera, ya que siempre se reía cuando le contaba sus intentos de adoptar una mascota – Ya te ama, hablé unas noches con él de cómo debe cuidarte. –

– Gracias. – Hablaba entre sollozos – Gracias, Rin. – Limpiaba sus lágrimas sin dejar de acariciar al cachorro.

– Sé mi novia. – Fue directo, ese era el momento que estaba buscando para declarársele – Sé mi novia. – Repitió para cuando ella le tomó atención – Prometo protegerte, nada te faltará si estás conmigo. – Pasó una de sus manos por el rostro de la contraria para limpiar rastros de lágrimas – Sé mi novia. – Repitió mientras se acercaba a sus labios con intención de besarla.

Cerró sus ojos, dejando escapar al cachorro para abrazar al chico por el cuello. Acercó más su cuerpo para corresponder a aquel beso. Amaba sentir las manos de Rindou alrededor de su cintura, cada toque le provocaba mil sensaciones en ella – Sí, sí quiero ser tu novia. – Sonrió en medio del beso.

La recostó en el suelo con mucho cuidado, ubicándose sobre ella y entre medio de sus piernas. No estaba pensando con claridad, solo en sus deseos.

Se vieron interrumpidos ya que cierta criatura jalaba a Rindou del suéter. Liam mordía su ropa para que se saliera de encima de la chica.

– ¿Ves?, te dije que lo entrené bien. – 











ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ   ~    ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora