ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ ~ ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪ

28

— Ah, qué hambre tengo. — Dije en voz alta mientras caminaba hacia mi casa — Qué lástima que esté todo cerrado a esta hora. — Miré de reojo hacia atrás esperando una respuesta.

Se escucharon susurros.

— Ve a la tienda que encuentres y comprale algo. —

— No, no, ve tú, yo la tengo que vigilar. —

— Como si fueras de gran aporte. —

— No me digas eso que ando sensible. —

— Ya deja de llorar, Shion. —

Dejaron de hablar al notar que la chica estaba observándolos.

— Si van a estar siguiéndome, por lo menos pueden acompañarme, no quedarse una cuadra atrás. —

Ellos se miraron tratando de decir qué hacer. Luego se acercaron mientras reían.

— ¿Desde cuándo lo sabías? Creímos qué estábamos siendo silenciosos. — Dijo Mochi.

— Llevan como tres días con esto, ¿no? — Estaban boquiabiertos – Lo supe cuando comenzaron a discutir porque Shion quería comer pizza y no lo dejaste. —

— A esta mujer no se le escapa nada. — Sonrió Shion.

— No te creas, se me escapa el novio por días y ni siquiera sé si sigue vivo... ¿por eso me cuidan?, ¿fué su última voluntad? —

— Jaja, claro que no, de ser así, Ran ya te andaría conquistando. — Dijo Shion entre risas y luego se golpeó en los labios — Que Rindou no se entere que dije eso. —

— Él está bien. — Interrumpió Mochi — Debe encargarse de algunas cosas, por eso nos pidió que te cuidaramos mientras él no puede hacerlo. —

Asentí mientras miraba el camino a casa — Entre menos sepa, mejor, ¿no es así? —

Ellos asintieron.

— No quiere involucrarte en cosas de la pandilla, no se lo perdonaría si te pasara algo por su culpa. — Dijo Shion — Eso lo dijo él, yo no soy tan romántico para decir tales cosas. —

Reímos al escucharlo.

Todo se sentía tan raro. Me era más difícil ver a Rindou los últimos días, pero siempre me enviaba mensajes para preguntarme cómo estaba, si había comido, para preguntarme por Liam... Se me había formado una costumbre verlo todos los días, y eso me estaba doliendo.

Por otro lado, estaba el asunto con las chicas, ¿por qué no me contestaban cuando las llamaba?, incluso Hinata me había ignorado hace algunos días.

¿Acaso se había algún rumor mío circulando por ahí que me perjudique?

— Estás en casa, nuestro trabajo aquí ha terminado. — Mochi interrumpió mis pensamientos — Te vemos mañana, en el mismo canal, a la misma hora. —

— ¿No tienen hambre?, puedo prepararles algo antes de que se vayan. — Propuse.

Shion sonrió ante la propuesta — Bueno, comer no me haría mal, así que... —

Mochi lo tomó por el cuello de la chaqueta y jaló hacia él — Ni se te ocurra o Rindou te dejará en el hospital y yo no me interpondré. —

— Era broma. —

Nos despedimos y ellos continuaron su camino mientras discutían como solían hacerlo.

Antes de ingresar por la puerta principal, noté un papel que estaba en el suelo, sujetado de una piedrita para que no saliera volando.