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24 de diciembre, 2005




Las manos del chico recorrían la piel de la contraria, subiendo sus manos por los muslos, elevando un poco aquella falda roja que llevaba puesta. Ella estaba sentada sobre su regazo mientras mantenían un beso algo apasionado para el momento.

Rindou la tomó en sus brazos y la recostó sobre su cama, mientras él se quitaba la polera que traía, dejando al descubierto su abdomen – ¿Tienes un condón? – Fue directo.

Mientras se perdía observando su abdomen, negó con la cabeza – No... no... – Apenas le salían las palabras. Era la primera vez que veía a su novio con poca ropa, estaba nerviosa, incluso sus manos tiritaban – ¿Para qué quieres uno? – Llevó una mano hasta su abdomen y tocó las líneas de su tatuaje.

– No quieres un bebé, ¿verdad? – Sonrió coquetamente mientras volvía a retomar el beso, incluso ahora pasándolos al cuello de la contraria.

– Lamento interrumpir tus fantasías, pero no podemos. – Trataba de sentarse en la cama, pero el chico se interponía, se negaba a detener ese momento – Tus amigos están abajo... y les dijiste que bajarías en seguida, ya llevas como 10 minutos aquí. –

Suspiró, sentándose finalmente sobre la cama y dejando que la chica pudiera ponerse de pie – No sé de donde sacaron la fabulosa idea de celebrar la navidad aquí, son unos idiotas. Se acostó sobre la cama mirando el techo, llevando una de sus manos al pecho para poder regular su respiración.

Por inercia, ______ observó nuevamente el torso del chico. Tenía sus mejillas enrojecidas, no sabía si era por el reflejo de su ropa o el calor del momento – Fue mi culpa, tu hermano preguntó y dije que sí porque quiero llevarme bien con ellos. – Acomodó su cabello con algo de vergüenza.

– Eso no, no tienes la culpa de nada. Ran se aprovechó de la situación, ejerció presión social porque no estaba yo... ese idiota me las pagará. – Se levantó para finalmente ir al ropero y sacar algunas prendas suyas. Hace unos días vino con una maleta y dejó varias pertenencias suyas allí.

– Yo bajaré para ver si puedo ayudarles en algo. – Nuevamente observó el cuerpo del chico de arriba hacia abajo, hasta toparse con cierto bulto en sus pantalones. Se levantó sin decir ni una sola palabra y salió de la habitación tan pronto como pudo.

Rindou sonrió al ver su comportamiento.

_______ bajó rápidamente las escaleras, tanto que ni cuenta se dio al chocar con la espalda de Ran – Lo siento, no te vi. – Se alejó un poco para disculparse.

– Está bien, cuñadita, supongo que Rin te hizo huir de tu propia habitación. – Le sonrió. Éste llevaba el cabello suelto y una chaqueta roja para combinar con la festividad.

– Pero si aquí está mi amiga favorita. – Shion se levantó del sofá con Liam en sus brazos – Tu casa es preciosa, un poco solitaria pero preciosa. – Señaló hacia la pared – Allí podemos poner un cuadro con alguna foto juntos, así si entran a robar, saldrán huyendo. –

– Sí, porque verán tu horrible cara y saldrán corriendo del susto. – Bromeó Izana a Shion desde una esquina.

Todos allí soltaron una risa, incluyendo al mismo Shion.

– Debo reírme a la fuerza para no salir golpeado de aquí. – Le susurró éste a la chica, provocando una risa cómplice entre ambos.

– ¿Celebran la navidad juntos desde que se conocen? – Preguntó ella con inocencia.

– Desde que nos conocimos en el reformatorio... Izana nos reformaba a puro puñete. ­– Soltó entre risas Shion – Mis traumas, mis chistes. –

Ran negó con la cabeza mientras reía – Nunca habíamos celebrado la navidad antes, quizás ésta sea la única vez en mucho tiempo. –

ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ   ~    ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora