ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ ~ ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪ

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23 de septiembre, 2005

El silencio era incómodo en el hogar de los Haitani. Ya había pasado unos días luego del incidente que acabó cortando el poco progreso que Rindou tenía con ________, y eso los lastimaba a ambos.

Hasta el día de hoy, Ran no se había enterado de lo que realmente sucedió aquel día, aunque tenía sus sospechas. Tampoco quiso indagar y sacarle información a su hermano, pues sabía que no lograría nada con ello.

Pero esto estaba arruinando su relación como hermanos, y aunque ambos querían hablarlo, ninguno se atrevía a hablar.

Rindou no parecía disfrutar el desayuno, se veía desganado en todos los aspectos, incluso usaba pijama casi todo el día. A pesar de las insistencias del mayor, continuaba durmiendo en el sofá de la sala, sin las intenciones de comprar una nueva cama.

Durante tres días seguidos fue a la academia en el horario de la salida para encontrar a ________ y hablar con ella, pero según sus compañeros, ella no había asistido a clases. Por sus resultados anteriores, también fue al hospital pero ella tampoco estaba allí. Preguntó por ella y lo único que le decían era que no se le había visto.

¿Era probable que se cambiara de cuidad por eso?, no quería descartarlo, porque existía esa posibilidad.

– No quiero que continuemos así. – Habló finalmente Ran – Soy tu hermano, déjame ayudarte. – Sus intenciones eran honestas, ya que realmente quería hacerlo.

No hubo respuestas por parte del Rindou, solo continuó jugando con su comida.

Un resoplo se hizo presente por parte del mayor, éste solo se levantó de la mesa – Como quieras, solo quería remediar las cosas. –

Rindou lo observó de reojo, quizás sería buena idea preguntarle, porque a él ya no le quedaban ideas – Creo que lo arruiné con ella... teníamos algo lindo, pero se arruinó. – Miraba sus manos para evitar tener que mirar a su hermano – Creí que al fin podríamos ser sinceros entre nosotros, pero Amaya nos puso una trampa y ahora ________ cree que la estuve engañando... y ahora no la encuentro. – Mantuvo su cabeza baja, no sabía si era una buena idea pedirle consejos.

Por su parte, Ran se mantuvo todo el momento en silencio, ahora se sentía más culpable que nunca. Según él, no se acostaba con las ex's de su hermano por gusto, en cambio, solo lo hacía para ver si ellas realmente amaban a Rindou, y el resultado siempre fue el mismo. Ahora, trataba de encontrar una forma en que pudiera ayudarle.

– Vamos a la academia, hablaremos con el director para que nos de la dirección de su casa y así podrás verla directamente. – Le extendió una mano para que el chico se pusiera de pie – Ya has perdido muchos días. –

Una sutil sonrisa se formó en los labios de Rindou, no esperaba a que su hermano le ofreciera ayuda, más bien, pensó que se burlaría o le reprendería.

Rindou comparaba la dirección que estaba escrita en el papel con la calle y número frente a la casa en la que se encontraban. Quedaba más lejos de lo que habían imaginado, y eso les parecía un poco extraño.

El lugar lograba transmitir desconfianza, no parecía ser su hogar en ningún aspecto, mucho menos porque la entrada estaba cubierta de motocicletas y el ruido estaba muy presente en el interior de la casa.