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– Viniste temprano, ¿me traes un regalo? – El doctor Sato salió al alcance de la chica – Espero que sean unas vacaciones al extranjero con todo pagado. –

Lo miró con una ceja levantada – A veces me llegas a sorprender con tu nivel de imaginación. – Mantenía una expresión reprobatoria – Vine temprano porque me voy de inmediato. – Siguió caminando sin prestarle atención.

Se quedó con una oración sin decir – Acaso, ¿irá a comer sola? – Por inercia giró su cuerpo, observando a quien se encontraba afuera, con una motocicleta estacionada a su lado.

La presencia de aquel chico en el hospital había aumentado, y eso era lo que le parecía sospechoso. Escuchó sobre él, sabía que era un famoso pandillero quiebra huesos, y que dominaba casi todo un distrito junto a su hermano.

Temía por la relación que pudiera a llegar a tener con ________, "¿será que ella también está metida en pandillas y no me ha contado?"

Si quería descubrirlo debía ser valiente y enfrentarlo, después de todo, ella solo lo tenía a él y no quería que saliera perjudicada en algún sentido.

¿Tenía miedo?, sí, pero al menos estaba en un hospital y lo atenderían de inmediato. Así que se armó de valor, arregló su uniforme y caminó hacia el chico rubio que se encontraba algo distraído mientras miraba su celular.

Con cada paso que daba podía sentir como su muerte se aproximaba, pero no iba a acobardarse ahora que ya casi lo tenía al frente.

Aclaró su garganta al ver como el chico aún no le prestaba atención – Disculpa... ¿puedo hablar un segundo contigo? – Nunca su voz le había salido tan fina como ahora.

Rindou levantó su mirada para observarlo unos segundos – Claro. – Guardó su celular y apoyó sus manos en la motocicleta.

"De cerca da más miedo" – Me gustaría preguntarle algo... sobre la relación que lleva con ________. – Trataba de aclarar su voz – He notado que se han vuelto algo cercanos. –

Una sonrisa se formó en los labios del chico, la cual borró al instante mientras trataba de mantener su postura – Claro... sí, ella y yo somos cercanos, y vine a buscarla porque la invité a comer. –

El contrario llevó una mano hasta su pecho – ¿Cercanos?, ¿a comer?, ni siquiera sale a comer conmigo. – Dijo en un susurro, para luego hablar más fuerte – Y con cercanos, ¿te refieres a que mantienen una amistad? –

Iba a responder que "sí", pero ¿realmente era una amistad? – Bueno, nosotros... yo no lo llamaría amistad. – Se quedó unos segundos en silencio – Disculpe, pero no sé porqué me pregunta estas cosas. –

Lo observó con sus ojos entrecerrados – Soy casi un hermano para ella, así que me interesa lo que le suceda, por eso lo pregunto. –

Dio un largo suspiro antes de volver a hablar – Ya veo... aunque no debes preocuparte, no soy una mala persona... con ella, la cuido mientras usted no puede hacerlo. – Su atención se enfocó en la chica que corría hacia él, formando una sonrisa en su rostro – Creo que nuestra charla queda hasta aquí. –

La chica llegó un poco agitada a su lado – Estoy lista. – Observó al otro individuo, reconociéndolo al instante – Doctor Sato, ¿sucede algo? –

El mencionado negó – Creí que ya tenías novio y me había preocupado, pero veo que no es así. –

Una vergüenza la invadió por completo – Por favor, no digas esas cosas. – Sus mejillas se tiñeron de un color rojizo – Mejor vuelve a trabajar. – Le dio algunos empujones.

– Uy, ya me voy. – Retomó el camino hacia el hospital.

_________ giró su cuerpo, sintiéndose avergonzada – Perdona su actitud, intenta ser protector conmigo. – Se subió a la motocicleta, rodeándolo por la cintura – Podemos irnos. –

Rindou la observó de reojo – No importa, primera vez que alguien me cuestiona por la relación que mantengo con alguien. – Dejó una mano sobre el muslo de la chica – Y se sintió bien. –





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Se encontraba sentada en una banca en un parque que no conocía.

Hace unos minutos, mientras caminaba hacia su casa, se encontró con un gatito negro. Por primera vez creyó que había tenido suerte en encontrar una mascota, ya que era él quien se acercó a ella. Pero se desilusionó al encontrar un collar en su cuello.

No iba a convertirse en una ladrona de gatos, como tanto la molestaba Rindou. Así que llamó al número que se encontraba grabado en aquel collar para avisarle a su dueño.

Y ahora se encontraba en aquel parque esperando a que apareciera.

El gatito estaba dormido sobre su regazo, le parecía tan lindo y tierno que deseaba uno igual, pero no contaba con esa suerte.

Unos pasos acelerados la distrajeron, por lo que miró hacia él... o ellos, que corrían hacia ella.

– ¿________? – Preguntó el chico de cabello rubio, recibiendo un asentimiento por parte de la contraria – Gracias por traerlo hasta aquí. –

El gato se levantó de inmediato al escucharlo – No es nada, se portó muy bien. – Observó como el felino recibía gustoso las caricias del chico.

Un pelinegro se acercó por atrás del otro – Terminaste por espantarlo mientras cantabas. –

Las mejillas del rubio se sonrojaron por completo – No digas esas cosas, Baji-san. – Miró nuevamente a la chica – Nuevamente te agradezco por cuidarlo y traerlo, espero que pueda pagártelo un día. –

El pelinegro interrumpió – Págale ahora entonces, no sabes si volverás a verla. –

El otro le susurró – Es que no traigo dinero, págale tú. –

– Mi mamá no me dio la mesada porque estoy castigado, así que paso. – Miró en otra dirección.

La chica negó con sus manos – Está bien, no estoy pidiéndoles dinero, así que no piensen en eso. – Hizo una pequeña reverencia para despedirse – Me tengo que ir, hasta luego. –

Los chicos imitaron su acción – Claro. – Dijeron al unísono – La observaron retirarse del lugar.

– Yo la conozco. – El rubio trataba de hacer memoria – Oh, la noche que apuñalaron a Draken, si recuerdo bien, ella estaba consolando a la hermana de Mikey. –

El pelinegro trataba de recordar, pero no logró asimilarlo – No sé, no me suena. –






El celular de la chica se alumbró, indicándole que un mensaje le había llegado.

"Una salida en motocicleta y luego te llevo a un lugar hermoso que encontré, ¿qué dices?"








ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ   ~    ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora