La Amada de los Sakamaki

III

DULCE MELODÍA

Querido diario:

Jamás pensé que la danza expresaría todas mis penas y deseos en un solo baile...

En especial el hermoso clásico de ballet.

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Habían pasado alrededor de cuatro años desde que había llegado a la mansión la presencia de aquella mujer de larga cabellera rubia y ojos carmesí en las vidas de los seis miembros de la familia Sakamaki.

La temporada de invierno estaba cerca, y el frio de la nieve blanca esparcida en los territorios de la mansión era inevitable; para muchos, solo sería otro día más como cualquier otro sin nada interesante que ver u observar; solo a dedicarse a estudiar y ser los mejores para heredar el trono de su padre, cuando el Rey de los Vampiros decidiera su próximo heredero.

Cierto día, un joven niño de 8 años de edad, practicaba con su violín en el jardín, mientras memorizaba varias de las composiciones de música clásica que le exigía su madre diariamente que aprendiera; para demostrar ser un digno heredero al trono.

Shu Sakamaki estaba harto de la situación; deseando escapar y vivir plenamente feliz, sin ataduras de responsabilidad como lo hacía su buen y mejor amigo humano llamado "Edgar".

Quien diría que esa libertad, le costaría tan caro...

Shu: ...

***: ¡Shu-nii!

Shu: ¡Sakura-chan! -. Dijo con una sonrisa en su rostro, el joven de ojos azules quien veía llegar a su pequeña prima de 4 años de edad con un hermoso vestido color azul con un abrigo del mismo tono, que realzaba los maravillosos ojos de la niña, mientras su hermosa cabellera rubia dorada caía en cascada con una hermosa cinta negra habitual en ella.

Sakura: ¡Shu-nii vamos a jugar!

Shu: Ne, Sakura-chan...¿Te gustó mucho jugar con Edgar, verdad? -. Respondió pícaro el joven de cabellera rubia-anaranjada, hacia la inocente niña, que no se inmuto por las palabras o miradas de su amado primo mayor.

Sakura: ¡Si! Edgar-nii es muy amable.

Shu: Bueno, ¡Pues vamos!

•••

Ambos niños de forma silenciosa, se despistaron de la mirada de todos en la mansión para ir al bosque en busca de aquel niño de cabello castaños claros apodado como Edgar por su buen y mejor amigo Shu, a quien había conocido años atrás mientras huía en el bosque.

La joven niña amaba pasar el rato con sus seis primos mayores, y aunque biológicamente estaba más relacionada con los dos hijos mayores de la familia, amaba por igual como a su madre; a todos los demás miembros de la familia.

***: ¡Hey señorito!, ¡Pequeña Dama!

Shu: ¡Edgar! ¿Cuándo me dejarás de decir así? -. Respondió algo enojado el joven de ojos azules hacia su amigo humano.

Sakura: Mph... No soy pequeña Edgar-nii... -. Dijo la pequeña niña con un puchero adorable en sus labios, quien al igual que su primo, estaba enojado por el apodo habitual del niño humano.

Edgar: Para mí siempre seguirás siendo pequeña. Y dudo mucho que crezcas cuando seas mayor, ¡Jajaja!

Sakura: ¡Eso no es justo! ¡Ahora verás! -. Enojada, la joven pequeña levantó sus puntillas lo más alto que podía, para alcanzar la misma altura del joven de cabellera castaña; el cual, se sorprendió por la habilidad de la pequeña por su talento.

Edgar: ¿¡Eh!?, ¿¡Desde cuando puedes hacer eso!?

Shu: Sakura-chan, ¡¿Estas bien?!

Sakura: ¿Eh?, Claro Shu-nii... Aprendí a hacerlo durante estos días, ¡Es muy fácil! -. Dijo la niña con una sonrisa triunfante, a ver las caras de asombro y sorpresa por parte de los dos niños mayores, que la veían con algún de preocupación por sus pies; aunque, cierto rubio, se dio cuenta del gran talento que había heredado su prima tras esa acción.

Shu: Ya veo, creo que tendremos una bailarina de ballet en nuestra familia.

Sakura: ¿Bailarina?

Edgar: ¡Por favor Shu!, ¿Una pequeña Sakura mover sus caderas como Balleta?

Shu: ¡Es ballet! Es un tipo de danza muy bonita y elegante. Solo escucha esta melodía...

Con un suspiro, y leve silencio, el joven de ojos azules tranquilamente interpreta un clásico del ballet abierto escuchado y amado por parte de los humanos en su evento llamado Navidad, de "Carol of the Bells"; la dulce y agradable melodía musical, se expandía por todo el bosque nevado, mientras los dos niños espectadores del espectáculo, se perdían por la increíble habilidad del más grande en el violín.

Una Sakura feliz, giraba con deleite sus pies, mientras bailaba al ritmo de la música de su primo, a quien, cierto niño humano, veía sonrojado a la joven rubia de ojos azul verdosos, hipnotizado por su pequeño baile.

Shu: Esta solo fue una pequeña pieza de interpretación de una canción que no hace mucho escuche... Existen varias versiones de este clásico que es muy interpretado también en Ballet...

Sakura: Es hermosa Shu-nii.

Edgar: ...Mph... Debo admitir que esa Música no está nada mal, pero si vieras como bailan en el pueblo, hay mucha alegría y diversión.

Shu: Seria genial ir alguna vez... -. Respondió triste el niño preocupado, tras pensar en el futuro de su gran relación de amistad con aquel humano mortal, que pertenecían a dos mundos diferentes.

Sakura: ¡Sí!... Shu-nii ¡Quiero ser una gran bailarina cuando sea mayor!

Shu: Y lo serás Sakura. Prometo que cuando sea mayor nunca me perderé una pieza de tus bailes, porque seré yo quien toque mientras bailas.

-. Lamento que nunca haya tocado esa melodía una vez más para ti... Sakura. 

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