La Amada de los Sakamaki

VI

LO QUE IMPLICA SER UNA ESPOSA

Querido diario:

Apenas recuerdo las miles y millones de palabras que implicaba ser una verdadera esposa en el futuro; casarse, dar a luz al primer primogénito, organizar eventos, ser ama y señora de la casa... Pero sobre todo, sumisa a los deseos de mi futuro esposo.

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Como cualquier día, había sido una mañana tranquila en la mansión Sakamaki para todos los residentes del hogar; la pequeña y dulce niña de cabellos rubios, jugaba en el jardín sola después de que sus primos se dedicaran a estudiar por órdenes de sus estrictas madres, que deseaban que alguno de ellos fuera el ideal perfecto como futuro líder de la familia; su madre Akina, estaba terminándose de arreglar para acompañarla, pero la pequeña decidió bajar antes que ella en el balcón, para buscar a uno de sus primos; apasionada por ver de nuevo la luz del sol, se separó de su madre por un momento para ver las hermosas rosas blancas a su alrededor que había sido cuidadas y plantadas por su tía Christa, a quien amaba con mucho cariño en su corazón.

Sakura: Que bello día -. Respondió la niña con una sonrisa, mientras observaba con delicadeza muchas de las hermosas rosas blancas en el jardín, mientras olía el hermoso perfume tan embriagador de cada una de ellas; la pequeña de apenas 4 años, llevaba consigo un hermoso vestido rosado, con un gran moño del mismo tono, con su habitual cinta en el cabello color negro, que realzaban su inocencia pura en la joven pequeña niña, que era la adoración de su querida familia, que amaban la presencia de la niña de ojos azul verdosos.

***: Buenos días mi querida Sakura.

Sakura: ¿Uh?... S-señor Richter -. La joven niña volteo su mirada nerviosa, al reconocer aquella voz tan grave y siniestra, que hicieron sentir con miedo a la pobre doncella; se quedó callada al ver la figura de aquel hombre tan alto pero apuesto de cabellera verde oscura, que la intimidaba con esos ojos color rojo intenso, que demostraban más de una sonrisa sádica pero peligrosa en su mirada; y aunque no sentía el peligro en su presencia, solo pudo notar en su corazón, lo triste y desafortunada alma que sufrió en el pasado, pero que comprendía la joven pequeña; no hallo razón para odiar aquel hombre, que era mal visto, e incluso despreciado, por los demás miembros del apellido Sakamaki.

Richter: ¿No piensas decirme tío, querida?...

Sakura: E-esto gomenasai... T-tío...

Richter: ¿Y tu madre?...

Sakura: A-apenas viene bajando.

Richter: Je... Que oportuna situación.

Sakura: ¿Uh?...

Richter: Dime querida, ¿No quieres acompañarme?~

Sakura: Amm... Y-yo... E-esto... -. Nerviosa, la joven rubia, noto la mirada fría pero juguetona del hombre mayor que deseaba llevarla a un lugar desconocido para conversar sin la presencia de alguno de sus primos o madre.

Richter: No estés nerviosa querida Sakura... Tu primo Laito también podrá acompañarnos.

Sakura: ¿Laito-nii vendrá?...

Richter: Claro. Su madre, Cordelia ha preparado un evento especial para los dos...

Sakura: Y-yo...

Richter: Seria muy descortés, si rechazaras su petición... Al igual que la mía~

***: ¡Sakura!

Richter: ...

Sakura: ¡Oka-san!, ¡Subaru-nii! -. Respondió aliviada la joven, tras escuchar las voces de su amada madre y primo albino, quienes se dirigían al lugar para confrontar al hombre, que se insinuaba de más ante la pequeña vampiresa.