XXXI

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LUNA NUEVA

Querido diario:

Nos llaman monstruos, pero para mí... Ellos solo buscan a quien llamar monstruos a sus propios miedos.

|...|

La visión de los deslumbrantes ojos color avellana, miraban confundido su espacio alrededor tras su largo profundo sueño, que carecía sin tener sentido por todas las emociones en cuentos de fantasía absurda, que reflejaban la mayoría de sus familiares por aquellos seres de la noche; los vampiros eran monstruos, siendo tan sádicos y viles por el afán de la sangre fresca en su alimento.

No desearías toparte en tu camino con aquellos demonios, que solo deseaban verte sufrir en forma de tus más temerosas pesadillas.

El joven humano de cabellos castaños, termino de darse cuenta, que había estado en el hogar de aquellos seres, cuando escucho una encantadora voz, que sería su perdición.

***: G-gomennasai...

Ryuu: ¡...!

***: N-no quise asustarte... Mi nombre es Sakura, Sakura Sakamaki.

Ryuu: Sakura...

Sakura: Si... No debes temer.

Ryuu: ...

Sakura: T-te he traído algo de ropa. -. Sonriendo, la vampira de sangre pura trato de hacer sentir al muchacho de cabellos castaños tranquilo y cómodo, antes de las presentaciones oficiales con su familia, se volvieran más incomodas entre ellos; el joven mortal de ojos color avellana, miraba profundamente las prendas sencillas pero de alta costura, que consistía en una camisa blanca y pantalones castaños, que se adecuaban a su estilo sencillo como plebeyo, después de todo, la habitación en donde hospedaba, tenía una suave cama, junto con algunos muebles de estilo hogareño, que le hicieron sentir un poco más tranquilo ante su posible estadía en esta oscura mansión.

Ryuu: ¿Eres uno de ellos?...

Sakura: Si... Somos vampiros...

Ryuu: ...

Sakura: Sé que es confuso... Pero... Estaré para ti si deseas resolver tus dudas... Baja por favor cuando puedas... Habrá una cena esta noche.

Ryuu: ... -. Sin decir ni una palabra, el joven peli castaño asintió, y ante su mirada, noto como la figura femenina de la hermosa vampira de cabellos dorados se retiraba de la habitación, para darle un poco de espacio.

•••

Husmeando entre los cajones, buscando algún objeto afilado, el muchacho maldijo en sus adentros por no tener un arma en esta situación, y colocándose la ropa lo más rápido posible, decidió abrir silenciosamente la manija de la puerta, para correr hacia la salida lo más rápido posible.

***: Ara, Ara, Ara, ¿Te vas tan pronto?~

Ryuu: ¡...! -. Sorprendido, el joven peli castaño sintió un horrible dolor en su cuello, tras haber sido acorralado por un par de ojos color verde esmeralda, que lo miraban con odio en su rostro, y no paso mucho tiempo, cuando sintió que su respiración desaparecía poco a poco de sus pulmones. El pánico no lo ayudaba en lo absoluto, y su valentía se fue en su espíritu tras ver el demonio reencarnado en persona.

***: Are, Ayato-kun, si lo tratas de esa forma, morirá pronto.

Ayato: Cállate Laito, él debe saber cuál es su lugar.

Laito: Es verdad, pero ella estará triste si su invitado muere tan pronto...

Ayato: ¡Tsk!

Ryuu: ¡Cof!, ¡Cof!, ¡Cof! -. Aliviado, el joven sintió por fin el aire en su cuerpo, tras el sentir de las garras de aquel chico de fuerza inhumana; quien resulto ser uno de sus mismos raptores, a quienes lo privaron de su propia libertad hacia el exterior.

La Amada de los SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora