Capítulo 4

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25 de mayo de 2022
Monte-Carlo, Mónaco

Audrey ya estaba a punto de colapsar. Pese a que sus planos y la presentación del trabajo final ya estaban adelantados, la maqueta no llevaba ni la mitad, si bien ya tenía una gran parte hecha, no estaba terminada, los detalles siempre le llevaban más tiempo.

Cuando la chica se percató de la hora, caminó hacia la cocina y sacó una de las sopas instantáneas para que pudiera comer algo mientras continuaba trabajando. La buena noticia de todo esto era que su presencia en la escuela había disminuido. En algunas materias ya había concluido por lo que iba cuando era requerido por las materias donde aún tenía que entregar trabajos. Su prioridad en estos momentos era su trabajo final.

Se sumió tanto en sus pensamientos que cuando el timbre del departamento sonó se sobresaltó. No esperaba a nadie, sin embargo se puso de pie y camino hacia la puerta para abrir y mirar de quien se trataba.

— Hola, pulga — saludó Pierre con una sonrisa plasmada en el rostro — ¿estás llegando?

Audrey negó mientras se hacía a un lado para que Gasly pudiera entrar en el departamento.

— Ya termine en la mayoría de las materias — explicó sentándose nuevamente — solo tengo dos trabajos finales, uno ya lo entregue y el otro es el que me hace sufrir.

Pierre dejó de sonreír cuando miró que Audrey apretaba los labios intentando contener un sollozo. Los ojos de la chica estaban comenzando a cristalizarse, estaba colapsando.

— Creo que voy a reprobar — lloriqueó Audrey haciendo un puchero que hizo que Pierre sintiera que le apretaban el corazón — no llevó ni siquiera la mitad, los detalles me están quitando mucho tiempo y...

Pierre la jalo hacia el, provocando que se pusiera de pie y la abrazó consolándola, el francés podía ser lo que quisieran pero si algo no toleraba era ver llorar a su amiga, lo detestaba y más cuando podía evitarlo.

— Claro que lo terminaremos, recuerda que tú y yo somos un equipo, yo te voy a ayudar, vendré por las tardes después de terminar mis actividades — propuso sin dejar de abrazarla — siempre vas a contar conmigo.

Audrey se separo un poco de él, le sonrió levemente con los ojos aun cristalizados, asintió poco a poco. Pierre dirigió su mirada a la maqueta de su amiga. Estaba impresionado. Pese que el trabajo estaba prácticamente a medias, se miraba hermoso, Audrey era muy talentosa.

— Pese a que tu digas que aún no está terminada — empezó a decir sin dejar de admirar la maqueta — es un trabajo grandioso...

— Lo dices porque eres mi mejor amigo.

— Lo digo porque es la verdad — corrigió Pierre sonriendo de lado —. Me conoces. No digo las cosas por decirlas.

Audrey asintió.

— Por cierto, mis papás vendrán al Gran Premio de Mónaco — Pierre dirigió su mirada hacia la castaña — me preguntaron si irías... — miro hacia la maqueta frunciendo los labios — entenderé si no puedes ir.

Audrey soltó un suspiro largo y miro hacia el francés. Aunque tuviera mil cosas que hacer, ella sentía que debía estar ahí apoyando a su amigo. Era lo justo.

— Si iré, pero solo el domingo — dijo Audrey —. Soy tu fan número uno. Es mi deber ir y alentar por ti.

La mirada del francés se iluminó instantáneamente.

— ¿Y estarás en mi garaje?

Audrey se encogió de hombros.

— No quiero asustar a tus futuras conquistas... — Pierre sonrió divertido al escucharla.

How you get the girlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora