La pelea.
Maia Adams.
Ya habían pasado dos semanas desde la vez que Robin la invitó a su casa por segunda vez.
Ahora iba casi todos los días a su casa con Finn y Gwen para jugar cualquier estupidez.
En esas dos semanas se había dado cuenta de que Robin era mucho más atento con ella que con los demás, e incluso se dio cuenta que le costaba no ponerse nervioso cuando ella estaba cerca. Y tocaba aceptar que a ella también le sucedía lo mismo.
Al no estar poniendo atención a lo que decía su madre me exalté cuando mamá me dijo:
-¿¡Estas poniéndome atención!? -chilló su madre mientras la observaba fijamente.
-Si, si, claro. -le contesté con nerviosismo.
-Aja, y dime, ¿qué estaba diciendo mamá? -Kate se metió a la conversación.
-Ehhhh... estaba diciendo acerca de... -tartamudeé.
-¿Ves?, no le estabas poniendo atención. ¿En qué éstas pensando estos días?
-Si les digo se van a reír de mi, aparte no les quiero decir.
-Ándale. -me dijeron las dos al unísono - Si nos dices compramos pizza para cenar.
-Si compran sushi o pasta les digo, y si no, no.
-Trato hecho.
-¡Mamá, pero es injusto!
-Lo se, pero el chisme importa más.
Mi hermana puso cara de indignación y tomó el control de la televisión para ver su serie.
Mamá se abalanzó a ella, apachurrandola.
-No te enojes.
Kate se hizo la que no oía.
La escena causaba gracia, pero inmediatamente dejo de causar gracia cuando Kate dijo:
-Tal vez es que Maia anda tan distraída porqué le gusta el chico que ha estado visitando estas dos semanas desde que nos mudamos.
Abrí los ojos como platos y ellas dos voltearon a verme.
¡DEBERÍA DE DEJAR DE SER TAN OBVIA CON MIS EXPRESIONES!
-¡Ves mamá, te lo dije! -gritó Kate, emocionada.
-Eh, no, no, es un completo malentendido, no es lo que están pensando.
-¡Ya no mientas y saca la sopa!
-¡No! -las mire, aterrada -Voy a cambiar de familia.
Subí corriendo las escaleras de dos en dos mientras ellas me seguían.
-¡Dinos!
-¡No!
-¡Si!
-¡No!
-¡Si!
-¡Que no y punto!
Entre a mi habitación lo más rápido posible y cerré con seguro.
-Tarde o temprano nos dirás -susurraron pasando por el pasillo para ir a sus habitaciones.
Me aventé a mi cama y me hundí en las almohadas.
Entonces me sumergí en mis pensamientos.
Pensé en él.
En su cabello lacio, su bandana en la cabeza, su camisa café claro, sus pantalones azul marino, sus botas cafés, sus ojos cafés, el pequeño sonrojo que siempre tenía en sus mejillas...
ESTÁS LEYENDO
My Pretty Girl // Robin Arellano.
FanfictionI looked at her and steeled myself. Then in a quick movement I took her by the neck and stamped my lips with hers. Todos los personajes, a excepción de Maia Adams no son de mi propiedad, es decir, no me pertenecen.