Capítulo 9.

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Se que el libro parece más de Robin que de Maia pero es que este capítulo es sobre algo muy interesante que les gustará. :b

Celos.

Robin Arellano.

Estaba comiendo un cereal mientras veía mi película favorita, "La masacre de Texas".

Al terminar lleve el plato al lavadero y fue  a cambiarme para ir a la escuela.

No tardé mucho ya que escogí lo primero que vi, como todos los días.

Vi los Converse de Maia en una esquina de mi cama. Ella los había olvidado hace una semana, y desde esa fecha no venia. Solo nos veíamos en el receso y en clases.

Tal vez hoy vendría así que no se los lleve y mejor los deje donde estaban. También podría ser excusa para que viniera de nuevo, pensándolo bien.

Deje de pensar en eso y mantuve mi cabeza en otra cosa. Mi problema es que todos mis pensamientos tenían que ver con Maia.

¿Dónde estaría Maia?, ¿Qué estará haciendo?, ¿Estará bien?, ¿Y si si le llevo sus tenis?

Me estaba obsesionando con ella y no era nada bueno.

Hace algunos días había visto a Mouse hablar con Maia, o bueno, tratando de hablar con ella ya que ella lo ignoró categóricamente y paso frente a sus ojos sin hacerle caso en lo absoluto.

Eso me ocasionó sonreír antes de salir de casa. Desde que paso lo de la pelea hace algunas semanas Mouse trataba de hablar con Maia pero ella ya no estaba disponible. Ya que hasta en clases ella estaba veinticuatro siete conmigo.

Salí de casa antes de que se me hiciera tarde y comencé a caminar. Tampoco dejé de pensar en Maia todo el camino. Estaba bien con mis pensamientos hasta que recordé algo.

El otro día vi hablando a Maia amablemente con un tal Bruce, creo que así se llama.

No mantuvieron una conversación muy extensa pero la vi muy cómoda. Mientras ella estuviera cómoda no me afectaba en casi nada.

Seguí caminando y no tardé mucho en llegar a clases. Tocaba matemáticas, materia más insoportable y dañina para mi cabeza en todo el mundo. Nunca me atreví a pedirle ayuda a Maia ya que ya sabíamos como había terminado el día que ella me enseñó matemáticas, bueno, o trató.

Camine entre los pasillos y a algunos aun les llamaba la atención por el suceso que pasó hace semanas. ¿Qué no saben otro chisme ya? Que dejen de mirarme, o me enojo.

Les puse mala cara a los que me miraban y ellos inmediatamente dejaban de hacerlo.

Al llegar Maia estaba ya en el escritorio hablando con un tipo de señas extraterrestres con Finn.

Me acerque y ella me ignoró mientras seguía hablando con Finn.

Frunci el ceño y tome su mentón.

—¿Quién le dio el permiso de ignorarme categóricamente, señorita? —le reclamé, haciendo mi labio inferior para abajo, simulando una carita triste.

My Pretty Girl // Robin Arellano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora