Capítulo 4.

465 22 11
                                    

Nuevo ship.

Maia Adams.

Hace algunas horas les habíamos dicho a Finn y a Gwen lo sucedido en casa ayer, obviamente omitiendo la parte en que después de eso nos besábamos alcanzando lo desgraciado, olvidando lo sucedido.

—¿Cómo sucedió? —volvió a preguntar Finn en shock.

A Rob le agarro la desesperación y casi se lo grito en la cara:

—¡Que porque sonó una piedra en la ventana, coño!

—¡Vale, ya entendí!

—¿A qué horas sucedió? —susurró Gwen acercándose a mi para que los peleoneros de Rob y Finn no escucharan.

—¿Qué tiene qué ver e...? —me quedé callada al ver su mirada de advertencia —. A las diez u once de la mañana, ¿por qué?

—Porque a mi también me llego algo —dijo en voz muy baja.

—¿¡Qué?! —grité y Rob junto con Finn me miraron con cara de confusión mientras Gwen parecía querer matarme —. Perdón, me alteré.

Sentí como pasaba su mano por mi muslo y depositaba un pequeño papel desgastado en el bolsillo de mi short.

—Léelo. Sola —me advirtió mientras miraba a Rob y volvió a sentarse en su lugar como si nada.

Trate de centrarme en la conversación aun con el pequeño bulto en mi pierna del papel.

—¿Y si faltamos...? —no deje terminar la propuesta a Rob porque le eche una mirada de reproche y se quedó callado mientras avanzábamos a clase de Matemáticas.

Llegamos y nos dirigimos a nuestro escritorio con una mirada de alivio al vernos llegar.

Spoiler: Ya no podíamos faltar más a clases porque estábamos bajando de calificación en su materia.

Dato interesante: Decidimos faltar a clase de Historia para irnos al salón de Matemáticas.

El maestro no tardo mucho en dar comienzo a la clase y aunque Rob sorprendentemente puso atención no pudo evitar mantener su mano descansando en mi muslo izquierdo.

—Es para lograr poner más atención —susurró para que solo yo escuchara.

—Digamos que te creo —susurré igual.

Sonrió pero siguió poniendo atención a clases.

—Robin, podrías pasar a responder este ejercicio al pizarrón.

Mi cabeza que estaba recargada en su hombro se levantó de inmediato para ver el ejercicio que le había tocado.

Mierda. Para el era difícil si aún no comprendía el tema.

Se levantó y caminó un poco inseguro mientras el profesor le daba el plumón.

Comencé a morder mi uña mientras escuchaba como plumón rasgando el pizarrón.

Empezó a demostrar más seguridad al responder el problema.

Al retirarse una sonrisa orgullosa de dibujo en mi rostro al ver que lo había respondido perfectamente.

My Pretty Girl // Robin Arellano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora