Capítulo 8.

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La confesión.

Robin Arellano.

Maia seguía dormida en mi pecho y abrazándome mientras yo la observaba.

No tenía mucha idea de lo que le había sucedido con su padre pero supuse que era algo malo por como se había puesto su madre, su hermana y sobre todo ella.

Lo único que alcance a oír es que el golpeaba a su madre antes de que se fuera. No me quede más allí porque no quería entrometerme en asuntos que no eran míos.

Maia parecía estar sufriendo con la llegada inesperada de su padre. Su nombre era Matthew y parecía de no más de cincuenta años.

A lo que también logré ver era que era un sin vergüenza. Me dio demasiada rabia el ver como trataba de acercarse a Maia con maldad en sus ojos.

Esos pensamientos me distrajeron por un rato hasta que note como Maia se removía entre mis brazos.

Anoche aun lloro un poco pero trate de hacer mis mayores esfuerzos para que se sintiera mejor.

Ella comenzó a abrir los ojos lentamente y vi que los tenía rojizos por llorar ayer todo el día.

-Buenos días. -dije mientras le sonreía.

-Buenos días, creo. -dijo mientras se levantaba y se dirigía al baño.

Se metió en el y yo me levante para cambiarme la pijama.

Al terminar vi como Maia salía del baño ya con su ropa del día anterior seca y mi camisa doblada en sus manos.

-Gracias por prestarmela, Robin.

-Hmh, no hay de que.

Ella dio un beso en mi mejilla rápidamente y se alejo hacia la cocina.

Tal vez estaba un poco distante por sus pensamientos y yo iba a darle su espacio. No quería molestarla.

La seguí a la cocina a paso rápido ya que quería ver que haríamos de desayunar.

-¿Qué te apetece desayunar? -dije mientras la veía subirse a la barra de la cocina y quedarse sentada allí.

-Cereal.

-¿Sólo comerás cereal?

-Hmh, no tengo mucha hambre.

-Esta bien -revise la alacena y vi Froot Loops y Nesquik. -. ¿Froot Loops o Nesquik?

-Froot Loops.

Asentí con la cabeza y se los serví.

Les puse leche y me dirigi a ella.

Ella estiro sus manos y yo puse el tazón en sus manos suavemente.

Ella tomó un cuchara que estaban cerca de su alcance y la hundió en el cereal.

Se llevó una cucharada a la boca mientras yo checaba que desayunaría.

Al final acabe desayunando cereal al igual que ella.

My Pretty Girl // Robin Arellano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora