- Ya, no llores - El pequeño niño consolaba a su amiga.
- No quiero que te vayas, Alex - Ella se aferraba al torso de su amigo.
- Prometo venir a visitarte - El pequeño separó a su amiga de él un poco y la miro a los ojos - Tengo que irme...
Justo...
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- Es asombroso que tan inmenso puede llegar a ser el mundo del gaming, me gusta - La pelinegra dijo con asombro al argentino.
- Me alegro que te guste ¿Pensaste en ser streamer? Sos re capa, seguro que te va bien - El ojinegro le dedico una sonrisa a la mexicana haciéndola sonrojar.
- Todo esto es nuevo para mí - Desvió la mirada - Pero chance y me animo, más adelante... No lo sé - La chica devolvió la mirada a los ojos de Spreen.
En ese momento, su mente le jugó un flashback, en su lugar miraba al chico de su infancia, al chico del cual llevaba enamorada desde que tenía tan solo 6 años. Una lagrima resbaló por la mejilla de la pelinegra haciendo que el argentino se preocupase. Seguidamente, la chica abajó la cabeza
-¿Estás bien?- Un preocupado Spreen alzó el mentón de Aria gentilmente con su mano.
-S... Sí - Tartamudeo la chica tratando de evitar el contacto visual con el argentino - Es solo que... - Por unos segundos el silencio reino entre ambos.
- Podés contarme lo que querás, con confianza, yo te escucho - Los ojos del argentino se clavaron en los de la pelinegra.
Aria lo dudó por unos segundos, ella no era de abrirse tan fácilmente a la gente y contarle sus sentimientos. Más sin embargo, el argentino le daba la seguridad suficiente para hacerlo.
- Alex - Soltó la chica. Una expresión de confusión invadió el rostro de su acompañante.
- ¿Hablás de Quackity? ¿Tienen algo?- Preguntó el chico con asombro.