- Ya, no llores - El pequeño niño consolaba a su amiga.
- No quiero que te vayas, Alex - Ella se aferraba al torso de su amigo.
- Prometo venir a visitarte - El pequeño separó a su amiga de él un poco y la miro a los ojos - Tengo que irme...
Justo...
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La presión en el pecho de Alex aumentaba, su respiración era acelerada impidiéndole el respirar correctamente.
Se removía en su silla mientras sujetaba con fuerza aquellas hojas de papel, Aria estaba por llegar y eso lo ponía nervioso.
El sentimiento que tenía lo carcomía por su interior, jamás se había sentido así, ni siquiera cuando le pidió a Arianna ser su novio; era un sentimiento nuevo e inquietante.
Dos golpes en la puerta hicieron temblar al chico, ya estaba aquí.
- Esta abierto. - logró anunciar el chico.
La puerta se abrió lentamente dejando ver a la causante de los sentimientos de Alex.
Aria Hwang.
La chica entró y cerró la puerta detrás de ella, su vista se posó sobre Alex e instantáneamente sonrió.
- Hola Alex. - saludó Aria mientras tomaba haciendo al lado del chico.
- Llegaste temprano hoy - Señaló Alex mientras miraba la hora en su reloj.
- Cinco minutos nomas. - la chica soltó una risa.
Un cosquilleo recorrió al pelinegro al escuchar aquella risa, no sabía que era lo que estaba sucediéndole y sabía que no debía seguir así.
- Traje unos nuevos diseños para nueva merch, anoche estuve terminando pequeños detalles y creo que quedaron chingones. - Aria comentó mientras sacaba algunos papeles de su mochila. - aquí están, espero te gusten.
- Mjum...
La mirada de Alex estaba perdida en el rostro de Aria, observaba detalladamente cada una de sus facciones, parecía estar hipnotizado con aquella mexicana, sus pupilas se dilataban mientras más tiempo pasaba observándola, era increíble lo que aquella chica podía hacerle sentir tan solo al tenerla de frente.