CORTO ALEATORIO 5

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Era tan cálida la forma en la que la miraba, con ternura y un amor tan infinito, lo sabía, todos lo sabían, eran esos enamoramientos que no se podían ocultar. Mei intentaba hacer la cuenta de que no se daba cuenta y que le daba igual, así fue durante los primeros días, semanas y meses; fingir que Yuzu era una más que la admiraba era fácil pues su porte de la reina del hielo le regalaba una buena coartada...

Solo que con el paso de los días esa "chica del montón", la había convencido de hablar con su padre sobre su regreso y arreglar las cosas, la había animado a mover las reglas del instituto con la finalidad de darle a las chicas un poco de tranquilidad, recordarles que podían vestirse de la forma que les gustara (siempre que respetara al menos el mínimo de moralidad y del uniforme. La hizo cambiar de tantas formas e incluso hablo con su abuelo sobre su futuro y que deseaba recorrer ese camino pero a su ritmo y en diferentes aspectos, su abuelo lo acepto y le dijo que ya no era necesario siquiera el estar atada al consejo estudiantil. Incluso Mei había roto en persona el compromiso con los Udagawa, replanteado completamente como deseaba pasar su vida adulta y se encontró realmente sorprendida al encontrar que Yuzu estaba contemplada en ese futuro.

Corrió, se apresuro a confesarse, a decirle que todo lo que hizo por ella y ese amor la habían alcanzado, la hicieron caer en ese tormentoso amor del cual era imposible escapar ahora. Estaba realmente enamorada, tanto que era imposible evitar sonreír como una adolescente, todos esos años de huir de los sentimientos de Yuzu habían sido la perdida de tiempo, se encontró riendo de esa actitud que atrasaba lo inevitable. Le llamo para acordar verse esa noche en un restaurante, el favorito de ambas, al cual acudían constantemente a conversar sobre su vida al graduarse... desde esa graduación Yuzu había dado su última confesión y ahora era solo una amiga, pero Mei sabia que aun tenia oportunidad, aun la amaba... ¿verdad? Ya lo averiguaría en la cena.

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-Me sorprendió que me llamaras. -dijo Yuzu bebiendo vino con aire pensativo. -Digo, comprendo que desees hablar sobre la ruptura de compromiso con alguien, cualquiera pensaría que esperarías un poco de tiempo para eso.

Mei no prestaba mucha atención, estaba esperando a que terminaran de comer para confesarse. Sí, ella se confesaría, aquellas más de treinta veces lo hizo Yuzu y se asusto del valor que tuvo y del coraje para soportar el rechazo que vino con eso, tomaría el valor para dar el paso y entonces juntas estarían para siempre.

-Quiero hablar contigo de algo. -dijo sin poder contener más su impaciencia ante la lentitud de Yuzu al comer.

La rubia alzo las cejas sorprendida y asintió, al parecer también deseaba conversar de algo importante. La cena transcurrió con el ritmo rápido de la ansiedad por hablar y una vez terminaron, Mei le solicito al mesero que les dieran privacidad. Pago la comida y el plazo de media hora por usar las instalaciones para una charla que dejaba sin mesa a comensales hambrientos. Cuando el joven recibió el dinero le aseguro que en ese tiempo nadie se les acercaría, se marcho previendo de que iba aquello y deseo suerte en silencio. Yuzu detallo el perfil de Mei con el sumo cuidado con el cual ya había tenido anteriormente y se toco el pecho en espera de esos latidos enamorados del pasado... La respuesta fue tan confortante que suspiro de alivio, Mei la miro curiosa.

-Mei, sé que deseas contarme algo y de verdad deseo oírlo pero, me tomare el atrevimiento de adelantarme, ¿crees que puedas escucharme atentamente de inicio a fin?

Mei frunció el ceño, algo estaba mal, tenía la sensación de que si dejaba a Yuzu hablar, todo se vendría abajo, la esperanza de su amor desaparecería y lamentaría por el resto de su vida. Quiso negarse pero la expresión suplicante de Yuzu le pudo y asintió en silencio.

Citrus oneshotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora