AVISO: ESTA HISTORIA CONTIENE FUTANARI (mujeres hermafroditas) Y ES +18 (SÉ QUE HAY MENORES DE EDAD LEYENDO ASÍ QUE OS PIDO DISCRECIÓN). SI NO TE GUSTA EL GENERO NO LEAS, PERO SI TE GUSTA SIGUE LEYENDO.
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La navidad es algo que la gente espera con ansias. Los regalos son comprados con anticipado fin y la comida es preparada con amor y emoción pero Yuzu no recordaba la última vez que en verdad le animaba la festividad. La blanca nieve le enfermaba y ese sonido de risas le repugnaba. Era la mejor agente de policía, su trabajo era su vida y jamás se le vio con algún hombre o mujer en el mejor de los casos. Pero ya había sido un año y medio desde que conoció a la señorita Aihara que su panorama cambio, la navidad ahora se le antojaba hermosa y solo el esperar a su mujer en casa cocinando para ella le emociono pero de pronto recordó que a pesar de que su novia era de alta sociedad su defecto era que no sabía cocinar, aun recordaba la sensación del lavado de estómago que le hicieron hacia unos meses cuando Mei le había preparado una lasaña, los médicos y enfermeras habían dicho que jamás habían visto una intoxicación alimenticia de esa magnitud y que probablemente le quisieran envenenar. Por desgracia, Mei estuvo presente cuando le dijeron eso y se deprimió por semanas, le tomo mucho animar a su novia y hacer que tomase clases de cocina cosa que ni así mejoro ni un poco su sazón, hay cosas que ni con practica se pueden aprender.
Toda la unidad de ciencias del comportamiento criminal estaba llena de murmullos animados a pesar de que les tocaba trabajar ese día, pero a las diez en punto todos eran libres de irse a sus casas y disfrutar la compañía de su familia. Yuzu termino de ordenar su papeleo y sonrió satisfecha de su labor, tomo su móvil y su novia le informo que ya estaba todo listo, solo faltaba que ella llegase para su regalo.
-Suena a algo sucio, Yuzu. –dijo Matsuri con una sonrisa malévola.
-¿Sucio? –cuestión algo confundida.
-Ya sabes que en navidad las parejas solemos tener sexo. Por ejemplo Harumin y yo en navidad después de cenar hacemos el amor hasta quedar exhaustas... bueno, hasta que ella quede exhausta.
Yuzu se sonrojo por el comentario de su compañera.
-No creo que Mei hable de sexo. –dijo bebiendo su café.
-¿Un año de salir y aun no tienen sexo? –dijo asombrada la pelirosa. –Hombre ¿no te cansas de esperarla?
-¿A qué te refieres?
-Eres Yuzuko Okogi, la agente que a todas las mujeres del departamento (excluyéndome, claro) les dio al menos cinco noches de buena calidad. Una ninfómana de lo peor. Por eso no comprendo el hecho de que aún no hayas cogido con esa chica si es tu novia.
Yuzu siguió bebiendo su café, Matsuri tenía razón en lo que dijo ya que ella antes era una cazadora de mujeres. El sexo era su especialidad y las mujeres caían en sus redes con facilidad, todos los días al menos tenía tres rounds de sexo duro e intenso. Muchas mujeres llegaron a ser directas y le pidieron un encuentro sexual en la oficina o en un motel de paso. Pero la diferencia de esa Yuzu a la de ahora era que estaba perdidamente enamorada.
-Mei... bueno ella aún no está lista para eso. –respondió sirviéndose más café. –Y yo no la obligare a eso, sabes que yo respeto a mi mujer.
-Lo sé pero me sorprende que soportaras mucho ese lapso de tiempo.
-Es difícil... tanto que llego a recurrir a una ayuda manual para soportarlo. –confeso con un sonrojo evidente.
-Oh, no puede ser. –dijo Matsuri escandalizada. –Joder, mira que a este paso terminaras con pelos en las manos, amiga mía.
