Parte 15. Cotidianidad

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-Buenos días Licenciada mal polvo. -No aguantó la risa, mientras veía el puchero de Camila que intentaba no reír.

-Me vas a ocasionar un trauma. -Le dijo todavía con el puchero en los labios.

-Lástima que se nos hace tarde para ir al trabajo, bebé. O si no, podíamos ver qué clase de polvo somos hoy. -Dijo riéndose y poniéndose de pie para ir al cuarto de baño.

- Eres una tonta. -Le gritó Camila riéndose también.

Se bañaron rápidamente, se vistieron, Camila se metió en unos pantalones de pana café, un suéter beige en cashmere, botines de tacón, anorak y bufanda a juego de color vinotinto. Por su parte, Lauren estaba usando un pantalón de ante azul marino bota recta, suéter tejido blanco, botas altas y abrigo de corte clásico en cashmere; el silencio lo rompió Camila cuando recordó que llevaba varios días sin ir ejercitarse y que pronto vendrían las vacaciones.

-Donde siga así, voy a terminar rodando un día de estos. -Comentó en voz alta. Lauren la miró sin entender de qué hablaba.

-No he ido a cumplir con mi entrenamiento. -Se lamentó. -La próxima vez, Jeremy me va a sacar la mierda.

-A partir de mañana voy a ir contigo, bebé. - Caminó hacia ella para darle un beso corto. -Yo también necesito entrenar, aún más con todo lo que he comido.

-Además que vienen las vacaciones y no quiero ni pensar lo que vamos a comer con tu familia. -Puso cara de miedo y Lauren se rio.

-Comeremos mucho, seguro. -Pero también haremos mucho ejercicio. -La miró con sorna subiendo y bajando las cejas.

-Estás muy chistocita hoy, amor. -Le dijo riendo de verla la cara que hacía.

-Bebé, ya estoy lista, voy a bajar a la cocina. -Se giró para salir, pero Camila la detuvo.

-Solo tomo mis cosas y bajamos juntas, sí? -Lauren asintió sonriéndole y la esperó paciente bajo la puerta. Camila tomó las cosas, metiéndolas en la bolsa, luego se lo puso en el hombro y se acercó para darle un beso.

-Vamos! Lauren la dejó pasar y la abrazó por detrás y empezaron a caminar pegadas, coordinando los pasos, hasta donde empezaba la escalera.

-Quieres fruta y yogurt o algo más consistente? -Le preguntó cuando llegaron a la cocina.

-Sí, amor, el yogurt, gracias. -Lauren le pasó una taza con el yogurt griego para que ella le pusiera la fruta a su gusto, de el frutero. Mientras tanto, ella metió unos panes a la tostadora, mientras estaban listos metió al microondas leche y programó cuarenta segundos. Sacó un aguacate, le quitó la cáscara, lo aderezó con sal y unas gotas de limón antes de macerarlo suavemente. Camila la veía, embelesada, mientras comía poco a poco el yogurt. Sacó la leche y le adicionó chocolate, con el frío que había allá afuera, se le había antojado. Sacó las tostadas de la máquina y les adicionó el aguacate. Y así de pie, frente a su novia, empezó a comer animadamente.

-No se me habría ocurrido combinar el aguacate con el chocolate.

-El aguacate combina con todo, mi vida. -Seguía comiendo como si realmente fuera un manjar, -quizá lo era-.

-Amor, y respecto a navidad, hoy le voy a pedir a mi mamá que reserve todo. -le informó poniéndose de pie para llevar la taza al fregadero y lavarla. Porque sí, se había vuelto hacendosa, como lo había prometido, recogía la ropa, ayudaba a tender la cama, lavaba la loza, todo para no ocasionarle molestias a su chica que era la reina del orden  y la pulcritud y que para colmo, no le gustaba tener a extraños en su casa para que hicieran esas labores. 

Divinas leyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora