Con las manos temblando, marcó el número del doctor mientras veía a su madre tratando de vestir a la abuela. Cuando finalmente respondió, le contó lo que estaba sucediendo, esforzándose por darle todos los detalles sobre su estado de salud, haciendo énfasis en la condición de la pierna. Él le dijo que así como lo describía, parecía ser una trombo a nivel de la ingle, una trombosis venosa profunda, para ser más técnico; le pidió que la llevaran al hospital donde estaría esperando para hacerle una intervención que para ellos era mecánica médica, es decir que era una cirugía menor. Camila bajó corriendo y le avisó a todos en la cocina y le pidió a Richard que la ayudara a bajar en brazos.
Cuando volvió a la habitación, Grace le estaba besándole su cabeza y tratando de calmarla, porque con toda la agitación de ellas, la abuela estaba asustada y llorando.
-Calma, abuelita. -Quiso tranquilizarla, haciéndole cariño en la espalda. -Ya hablé con tu doctor y vas a estar bien.
En seguida, Richard tomó en los brazos como si fuera un bebé y la cargó con facilidad, en dirección al elevador, yendo hacia el estacionamiento, donde Lauren ya tenía su coche pegado a las puertas y la silla inclinada hacia atrás, para que la acostaran ahí.
-Debimos haber pedido una ambulancia. -Se lamentó Richard.
-El doctor me dijo que la lleváramos nosotros, porque en la ambulancia no hay nada que le puedan hacer. -Le explicó Camila.
La acomodaron en el coche de Lauren y Camila se subió atrás, mientras que Sasha y Grace evidentemente preocupadas y angustiadas, corrieron al coche de Richard, dispuestos a seguirlos.
-A dónde vamos? -Preguntó Lauren, saliendo del estacionamiento, sin demostrar la angustia que sentía en su corazón, se trataba de no asustar más a la abuela, por lo que habló serenamente.
-Al Presbyterian. -Le indicó Camila. -El doctor está esperándonos en la entrada de urgencias.
En efecto cuando llegaron, el Doctor los esperaba con una camilla y algunos enfermeros, quienes la ayudaron a salir del coche, la acomodaron en la camilla y se la llevaron. Camila corrió detrás de ella, para no dejarla sola y que se sintiera desprotegida. Lauren se quedó en la entrada, esperando por los otros que estaban buscando donde estacionar. Una vez que la alcanzaron, fueron a llenar la documentación de ingreso y después a buscar a Camila, que estaba parada junto a la puerta de número 727 , esperando que terminaran la revisión que le hacían varios médicos.
-Han dicho algo? -Interrogó Grace, quien iba absolutamente nerviosa.
-Todavía no, mami. -Camila estaba pálida y tenía los ojos rojos, delatándola que había estado llorando.
-No quiero ser una intrusa, pero permítanme decirles algo. -Les pidió Lauren, abrazando a su novia de lado. -Es imperativo que mantengan la calma. -Les dijo. -La abuela está asustada y no la podemos asustar más, así que aprovechemos estos minutos para calmarnos y que cuando nos dejen verla, lo hagamos tranquilos y le podamos infundir paz.
-Tienes razón, Lauren, Gracias. -Le dijo Richard, sonriéndole levemente y llevando a su mujer a una de las sillas de espera. -Ven, hija. -Llamó también a Sasha, quien desde que se había enterado de lo que pasaba, estaba como una autómata siguiéndolos sin poder pronunciar palabra. Las hizo sentar y se agachó frente a ellas susurrándoles palabras, seguramente de consuelo, mientras que Lauren se encargaba de consolar a su chica, aunque ella por dentro estuviera atravesando un maldito infierno. Puso las manos en los hombros de ella, y unió sus frentes, indicándole que cerrara los ojos e hiciera los ejercicios de relajación.
Un doctor abrió la puerta de la habitación donde estaba la abuela y detrás de él salió el médico que la trataba y al que Grace conocía bien. Con rostro serio, les pidió que se sentaran y empezó a explicarles lo que estaba pasando. El coágulo ya no estaba a nivel de la ingle, sino que estaba corriendo por el torrente sanguíneo.
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Divinas leyes
FanfictionDos abogadas que se ven obligadas a llevar el proceso de separación de una actriz famosa. Inicialmente fueron renuentes a trabajar juntas, pero las leyes están escritas, incluso las leyes divinas.