Camila abrió los ojos con pesadez, tenía ganas de ir al baño, pero no quería moverse y perder la sensación maravillosa de sentir a su novia, pegada a su espalda, con la cara metida en su pelo y el brazo por encima de su cintura. Mentalmente maldijo a su vejiga y con cuidado desbarató la perfecta cuchara y salió de la cama, tomó el móvil para ver la hora; las diez y cuarenta y cuatro, resopló caminando hacia el baño, bien podía haber dormido al menos una hora más. Casi veinte minutos después, salió ya duchada y pudo constatar que su preciosa novia dormía profundamente, por lo que se vistió tratando de no hacer ruido y luego salió de la habitación, cerrando la puerta para permitirle descansar tranquila.Se dirigió al estudio y sentada frente al escritorio, empezó a buscar un lugar donde pudiera pedir el desayuno, por fortuna estaban en una zona y en general, en una ciudad que nunca para, así que pronto encontró y pidió que le trajeran diferentes platillos. Mientras esperaba a que transcurriera la hora que le dijeron que tardarían, se dedicó a leer noticias y algunos artículos jurídicos de actualización. Cuando finalmente llegó el mensajero, le pagó dándole una propina sustanciosa y se dirigió a la cocina, organizó todo en platos para que se viera bonito, los montó en dos bandejas y subió con una, la dejó en el estudio, bajó por la otra y con ella se dirigió a la habitación.
Cuando ingresó, se encontró con Lauren que iba saliendo del baño y al verla, rápidamente le quiso ayudar con la bandeja.
-Pero qué sorpresa es esta, mi vida? -Colocó la bandeja sobre el buró y se giró para saludarla como es debido.
-Pensé que seguías acostada y quería que desayunaras. -Le correspondió el abrazo.
-Buenos días, bebé. Feliz comienzo de año. -Le dijo entre besos.
-Buenos días, amor. -Le correspondió los besos encantada, pero luego la empujó suavemente.
-Súbete a la cama y desayuna. -Le ordenó con cariño.
-Gracias, mi vida, pero... y tú?
-Ponte cómoda y ya traigo el mío, que lo dejé en el estudio. -Le dijo ya yendo hacia la salida de la habitación. Lauren se subió a la cama y esperó sonriente a su novia que la estaba consintiendo con el desayuno, cosa rara, pues era ella quien solía prepararlo. A los pocos minutos regresó, también sonriente y dejó la bandeja hacia los pies de la cama, se dirigió al buró junto a Lauren, tomó la bandeja y se la acomodó sobre las piernas.
-Buen provecho mi amor. -Le dio un beso corto y se fue a dar la vuelta a la cama, para ella también acomodarse y poder empezar a desayunar. Lauren miró la bandeja y se rio nasalmente, tenía comida como para tres personas. Omelet de queso cheddar con papas en cubos al horno, en otro plato waffles con salsa de frambuesa, también kiwi y fresas en otro plato, varias galletas, jugo de naranja y té.
-Gracias bebé, no sabía que fueras una excelente cocinera. -La miró burlona y le guiñó el ojo.
-Agradece a los deliveries en festivo. -No tenía problema en decir la verdad, finalmente no era novedad que ella a la cocina solo iba de visita. -Sabes que a diario me esfuerzo por mantener ordenado, por ayudar a hacer la cama y todo eso que siempre me hizo mi mamá o mi abue. -Se explicó. -Pero en la cocina soy realmente un desastre, además de que no quiero envenenarte. -Ambas se rieron.
-Lo sé, mi vida, no creas que no he notado el esfuerzo que haces y que no lo valoro. -Le respondió con cariño.
-Gracias, amor. -Le mandó un beso con la mano.
-Cómo dormiste? Si pudiste descansar? -Quiso saber, antes de llevarse una rebanada de kiwi a la boca.
-Bien, amor, me habría gustado dormir más, pero creo que por pensar en Sasha no lo conseguí. -Le dijo haciendo una mueca de preocupación y luego clavó el tenedor en un trozo de banana anegada de yogurt.
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Divinas leyes
FanficDos abogadas que se ven obligadas a llevar el proceso de separación de una actriz famosa. Inicialmente fueron renuentes a trabajar juntas, pero las leyes están escritas, incluso las leyes divinas.