Parte 24. La abuelita

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Y en efecto había sucedido. Camila había pasado todo el día con su abuelita en la habitación, al igual que su bendita madre y su hermana, habían estado hablando de todo y de nada, bromearon, y planearon algunas cosas para hacer cuando le dieran el alta; planes que Grace y Sasha rezaban interiormente porque se pudieran realizar, aunque el diagnóstico médico no era esperanzador, ellas necesitaban creer que sí era posible. Camila había tenido que estar en el teléfono atendiendo remotamente algunos asuntos de su trabajo, pero en la tarde, sobre las cuatro finalmente estuvo al cien por cien, dedicada a la abuelita, entonces Grace y Sasha salieron para ir a hacer algún trámite que les habían solicitado de la administración del hospital. 


Camila  arrastró una silla para estar junto a su abue y sosteniendo su mano, hablaron sobre banalidades;  lo que buscaba era tenerla entretenida y divertida, cosa que hacía con facilidad, incluso le había dado un ataque de risa cuando le dijo que el día que saliera del hospital, la iba a esperar en el estacionamiento del hospital con la guitarra y le iba a dar un concierto para festejar.

-Imagino que vas a usar una venda en los ojos para no ver a nadie. -Se le burló la abuela, sabiendo que sufría de pánico escénico y que incluso no dejaba que ella la viera cantar.

-Eso o entrego todos mis ahorros para que no dejen usar a nadie el estacionamiento ese día. -Le respondió riendo. -Pero festejaremos cantando, así que prepárate!

-Solo por eso, merecerá la pena salir de aquí. -Le dijo la abuela destornillándose de risa, porque no se imaginaba a su nieta cantando y en un lugar lleno de gente yendo y viniendo.

-Tanta risa me ha provocado ganas de hacer pis. -Comentó después de unos minutos la abuela y Camila de inmediato se puso de pie y con cuidado la ayudó a bajar de la cama, la ayudó a caminar, despacio y tratando de que no apoyara la pierna que tenía afectada, ella se quejó de que cuando la movía le causaba dolor, pero aún así, usó el sanitario y sostenida por Camila, regresó lentamente y subió a la cama, pero esta vez se quedó sentada en el centro de la camilla.

-No quieres recostarte? -Le preguntó Camila, queriendo ayudarla a que estuviera cómoda.

-Tengo la espalda cansada de estar acostada todo el día. -Le dijo con una mueca de hartazgo. Camila permaneció de pie junto a la cama, ignorando el móvil que tenía en la bolsa del pantalón y que no dejaba de vibrar, lo más seguro era que la requerían por temas del trabajo, pero había decidido poner a su abue por encima de todo lo demás; ya le había avisado al licenciado Johnson de lo que estaba pasando y él le había dicho que se despreocupara, que él junto a Carolyn iban a resolver su agenda.

-Sabes que Sasha está indecisa sobre qué estudiar? -De repente le preguntó su abue y Camila la miró con curiosidad.

-Hace poco me comentó que está entre Juilliard e irse a New Orleans. -Le respondió Camila.

-Ella es una niña a quien le corre el arte por las venas. -Afirmó con seguridad. -Particularmente creo que debe estudiar música, siento que ese es su fuerte, pero ella no lo sabe aún. -Camila la escuchaba con atención. -Yo no se quien le metió tantas inseguridades en la cabeza y a veces siente que no es lo suficientemente talentosa. -Continuó. -Pero tiene un oído privilegiado y demasiada habilidad para aprender cualquier instrumento.

-El maldito maestro que tuvo hace dos años era un idiota y le dañó la mente. -Resopló Camila indignada.

-Ese idiota! -Soltó la abuela, fastidiada. -He intentado ayudarla a recuperar la confianza, pero creo que necesita más ayuda, por eso está indecisa.

-Quizá una orientación profesional le sirva. -Analizó, sintiéndose culpable por no haber estado más pendiente de las necesidades de su hermana.

-Hace un rato le dije que ella lo que necesita es salir y ver el mundo para que se descubra a sí misma. -Le contó. -Tal vez la hemos tenido mucho tiempo en una burbuja.

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