26. Karen Divella

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La mirada de Caroline me había devastado y me había hecho sentir infiel al tratar de apuñalarla tras la espalda. Era cierto que la adulaba, ella era mi modelo a seguir. Su gentileza me había marcado el día que la había conocido, cuando Volker me había comprado meses atrás. Creo que por eso mismo, el día de la fiesta de tan gentil amo que le había tocado, pude soltar su nombre con cierta felicidad y envidia.

Volker pudo notarlo tras varios días en los que yo me veía viviendo la vida de tan hermosa y fina mujer. Sabía que no debía de imaginarme siendo otra persona, pero el anhelo de ser mascota de quien ahora le poseía, carcomía a mi yo tímido. 

Pero no creí que decir su nombre en voz alta junto con una especulación positiva de ella pudiera traer tanto caos. Mi amo, quien me había hecho casi de todo, me amenazo a contarle todo lo que sabía y fue entonces cuando caí en su trampa. Mi sonrisa apareció al contarle los pocos momentos que había pasado con la mascota del Lord Dagon, las expectativas que todos teníamos de ella y lo maravillosa que era su madre.

                                                    Aquello fue mi error.

En menos de un día, aquel que no me había golpeado esa mañana, volvió con un humano más a la mansión. Pensé que se había vuelto loco cuando vi a Caroline entre sus brazos, inconsciente y en interiores, pero… ¿Qué podía hacer yo?

—¿Quién está ahí? —soltó políticamente, haciendo un abrumador silencio en mí justamente porque que estuviera aquí, era en parte mi culpa.— Se que está en la entrada, sería mejor que tomase asiento a mi lado

Pegue un brinco de susto. No pensé que diría aquello. Ella era tan diferente a mí. Tan valiente y completa. Respire con cierta fuerza, dejando soltar lágrimas al dejar abrir la puerta por completo.

—¿Karen? —pregunto, creo que con un dije de confusión en su voz

—Lo siento Carol. Lo siento, el te quería aquí y yo… —Mi voz titubeo, perdida en el que decir o hacer  

—¿De qué hablas?

—El fue por ti

—¿Ir por… mí? —Escuche de ella un silencio, estaba intentando recordarlo todo.—  ¿Quién es él? —pregunto tímida

—Volker Green —solté secamente, sabiendo que aquel nombre me traía escalofríos cada que lo decía o pensaba

—¿Q-Qué quiere el de mí?

—No lo sé Carol, solo me ha ordenado a verificar si ya estabas despierta —Mentí, Volker estaba echado en su cuarto, escogiendo algunas cosas con las cuales divertirse esta noche con quien estaba apresada en esta misma habitación

—Prefiero que mientas

Aquella petición me hizo abrir los ojos con fuerza. ¿Debería? Que estuviese aquí eran consecuencias de mi desliz.

—Caroline, creo que sabes mejor que yo que no puedo hacer eso —Soné contrariada—. No quiero que me lastime de nuevo

—¿Es muy agresivo? —Hablo de nuevo, después de un minuto de silencio

—Tal vez nunca has visto a alguien como él —Conteste recordando todas las torturas por las que había pasado. Cortes, jaulas, ayunos intensos. Mi dueño no solo era un vampiro, era un monstruo—. Seguramente cuando comience, quedarás muy traumada

Era vampiricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora