¿Que pasa cuando amamos a alguien que no está destinada a nostros?¿Luchamos por ella o la dejamos ir ? Eran las preguntas que Azriel se hacía día a día mientras miraba con añoranza a Elain caminar por los pasillos , mientras veía a sus hermanos ser...
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CHAPTER TWO
LA luz del sol de la mañana se filtraba entre los árboles que rodeaban el pequeño invernadero de cristal. Las flores agradecían las gotas de agua que una entusiasta Elain les regalaba mientras disfrutaba de la paz que le proporcionaba ese lugar. Sembrar flores sin duda era lo único que le daba algo de paz esos días, lo único que le aparecía hacer la verdad.
La joven de cabello castaño se paseaba de un lado a otro del invernadero que su cuñado le había regalado , el único lugar que era capaz de sentir como hogar en ese mundo de criaturas mágicas, ese mundo que también era el suyo.
Aún no sabía si extrañaba del todo su vida humana y no quería seguir preguntándoselo , simplemente... quería sembrar.
El lugar estaba lleno de todo tipo de flores, cada una sembrada y cuidada por ella misma ,eso la hacía sentir orgullosa sin duda su jardín era el mejor de todo el reino.
La paz de la joven se vio interrumpida cuando en la puerta del lugar apareció Lucien, uno de los principales dolores de cabeza de la chica, el macho con el que compartía lazo de apareamiento al que se veía incapaz de amar , como sus hermanas amaban a sus compañeros.
Su pequeño cuerpo se tensó mientras la sombra del alto pelirrojo de piel bronceada la cubría, sus delicadas manos temblaban mientras tenían sujeta una cesta de paja llena de flores.
-Elain...-La voz del macho solo consiguió ponerla aún más nerviosa.
Su ojo metálico la obsevaba con cautela.
-No tengas miedo -Habló algo incomodo él de cabellera roja -Solo vine por un encargo para tu hermana.
-¿Ahora eres su mensajero?-No evitó el toque de veneno en su voz -¿Por qué no venir ella ?¿Acaso la Alta Lady no tiene tiempo para su patética hermana ?
-Elain...-La voz de Lucien era suave pero firma una advertencia para que no hablara así mismo de ella -Solo quiero unas violetas para un té para tú sobrino -Musitó cordial el macho nacido en la Corte de Otoño -Solo eso , vine yo porque ella está cuidando a Nyx y el círculo íntimo no estaba cerca -Explicó con paciencia.
Y si algo había que resaltar de Lucien Vanserra era eso, la paciencia, pues tenía mucha y a pesar de los continuos rechazos de su compañera los cuales se sentían como latigazos sabía que debía seguir persitiendo que con un poco de suerte ella algún día lo miraría con distintos ojos.
Elain sacó un pequeño ramo de violetas y se lo entregó a Lucien sin decir una palabra antes de salir casi corriendo del lugar, cuando una sombra cruzó el cielo sobre ella.
