16. Abril, día 28

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Un día muy tormentoso y frío se aproximaba. Las nubes estaban en un tono grisáceo, sin embargo la temperatura era templada y eso era todo un logro.

Los árboles florecían, se veían hermosos, los parques se veían más acogedores con ello, la ciudad se iluminaba de esperanza. Empezaba la época turística de Londres y el ajetreo de Nueva York. Aún así, el día empezaba muy nuboso cubriendo los enormes rascacielos de Nueva York e inspirando una brisa fresca.

Anne, últimamente no paraba de darle vueltas a los últimos acontecimientos, su relación de amistad con Luke.. la cual se había intensificado mucho y...eso molestaba a Eizan quien tenía celos de ver reír constantemente a su exnovia. Él no entendía como alguien que le rompió el corazón y la dejo sola de nuevo, esta a su lado diciendo ser su mejor amigo.

Además Anne y él los últimos días no han parado de discutir precisamente por él. A Anne le sentaba muy mal que Eizan no le apoyase y desde luego estaba empezando a mosquear con él, no paraba de insinuar que "Luke la engaña, que si Luke es mala persona, que si Luke te abandono... y muchos comentarios más "  Y ese también fue uno de los motivos que la llevo a dejarle pero nunca se lo dijo.

Habían llegado a la conclusión de ser conocidos, pero un la semana pasada coincidieron ella y Luke con él en una cafetería y después de eso, le llegaron mensajes mal hablados de Luke y alguna que otra amenaza.

La verdad que no podía ir peor el asunto..no había necesidad de todo eso. No puede superar la rotura de su relación por lo que se ve, pero Anne está comenzando a cansarse.

Cuando verdaderamente no sabe el motivo de todo. Solo tiene celos y no quiere perderla y ella lo comprende pero está cansada de siempre discutir por el mismo motivo que no les lleva a ninguna parte y que no tiene sentido alguno discutir. No paraba de controlarla y no le dejaba quedar con casi nadie, Anne estaba más que cansada de todo, porque no entendía que hacía para tenerle así de furioso, porque se comportaba así con ella cuando ella le quería y no hacia nada mal, solo chateaba por mensaje con su mejor amigo y los fines de semana se iban a Rochester a pasarlo juntos y en familia.

Además, lo bueno es que ahora no debía exigirle nada, ya no son nada, así que no puede controlar la vida de los demás.

Anne había decidido pasar el miércoles con sus padres. Estar en casa se siente muy bien y por suerte es festivo en Nueva York por lo que un día sin trabajar es más trabajo para casa. Una profesora como ella es verdad que no tiene lecciones difíciles para impartir, pero aún así le gusta hacer las cosas bien y llevarlas preparadas.

Por lo que decide pasar media mañana dedicando tiempo a corregir las tareas de sus alumno. Después arreglarse para pasar la tarde en lo que es su casa, su ciudad, su familia. Un día tranquilo y acompañada, junto no sólo sus padres sino su hermana, que le encantaba charlar y compartir anécdotas con ella.

Para su suerte, en el otro lado de la ciudad, estaba Luke. Llevaba toda la semana en Rochester. Su madre no se encontraba bien, según Sidney, la  asistente mujer y amiga que trabaja para ella, para que le ayudase en la cocina y las tareas del hogar, no sale de casa desde hace 3 días, esta desanimada y nada va bien.

Luke, comienza a hacer las cuentas de la temporada en la que se encuentran. No podía ser verdad, 28 de abril marcaba el calendario, un día antes de su cumpleaños, el peor día de su vida, el peor vida para toda su eternidad, el aniversario de la muerte de su hermano. Hacia 15 años que había fallecido, 10 años de culpa y dolor, años de tristeza y vacío. Si, nada había vuelto a ser lo que era, en su familia algo se rompió. Durante los dos primeros años, fueron los peores. Dan, no quiso hacerlo pero su orgullo y responsabilidad estaban descontrolados, su estado anímico era una montaña rusa y no pudo lidiar con la crianza de un niño de 13 años. Esmeralda, su madre no quería pero tuvo que aceptar mandar a Luke al internado en San Francisco. Aún así, iba todos los fines de semana a escondidas a tratar de verle, pero nunca daba el paso a entrar a ese lugar, no pudo con la culpa que le acompañaba y el miedo interno que sentía. Había perdido a un hijo y estaba apunto de perder a otro en vida.

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