Capítulo 10

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El calor sofocante terminó por despertarlo. Tener a Jungkook abrazado a él como si fuera un oso perezoso, estaba cocinandolo vivo. Casi ni podía moverse.

En la madrugada, el menor le rogó porque lo dejara dormir con él. Era un sueño hecho realidad y aunque no estaba preparado, finalmente acepto.

Depronto, un gas proveniente de Jungkook, irrumpió el canto de los pájaros. Yoongi reprimió una risa y dejó pequeñas palmaditas en su trasero.

– Ya deja de soñar que eres un cohete espacial y despierta, Kook.

El menor, lo atrajo más a su cuerpo (si es que era posible) y lo apretó con fuerza. Pero él no tenía la culpa, pensaba que era su almohada, se sentía tan suave.

– Jungkook, no me dejas respirar...

El rapero lucho entre las fuertes extremidades de su menor. Quería matarlo.

– Creo que nunca en la vida había dormido tan cómodo. Me siento renovado.

La voz adormilada y ligeramente más grave de Jungkook, retumbó en sus oídos y en cuanto aflojo su agarre, tomó una distancia prudente de él.

El menor se sentó y Yoongi pensó que se trataba de un Dios griego. ¿Cómo se vería luego de tener sexo? Su propio pensamiento hizo que se avergonzara demasiado.

Por otro lado, el camisón del pijama de Yoongi, se resbaló por uno de sus hombros dejando ver su piel nívea. El maknae humedecio sus labios sin apartar la vista de su hyung.

– Jungkook, ¿Qué harás para saber si de verdad estás interesado en mi?

– Me gustas, eso es un hecho. Solo quiero saber si puedo llegar a enamorarme de ti y tal vez tener una relación.

Yoongi asintió no muy convencido. De pronto Jimin apareció en su puerta y algo desconcertado les pidió que bajaran a desayunar.

– Tomemos una ducha juntos, Yoongi.

– ¡Claro que no, pervertido!

Antes de salir de la habitación, el mayor le lanzó una almohada en la cara. Podría acostumbrarse a esto.

Pero en la mente de Yoongi rondaba la idea de que no quería ser lastimado. Él tenía muy en claro sus sentimientos, pero Jungkook, él parece que hasta ahora está empezando a descubrir su sexualidad. No quería verse a sí mismo como un experimento, pero al aceptar se está convirtiendo en eso.

Con el desánimo empezando a inundarlo, se sentó en su puesto para desayunar.

¿Y sí no era suficiente? ¿Y sí no reunía lo necesario para que Jungkook se enamorará de él? Siempre fue un tanto inseguro y tonto con respecto a cómo mostrarse a los demás, pero no sabía cómo actuar para gustarle al menor. ¿Qué debía hacer? Entre tantos idols en la industria el pasaba a un segundo plano, como un "abuelo amargado sin gracia" a comparación del resto.

– Hyung, no muerdas tus uñas.

Ni siquiera lo había notado, de no ser por Taehyung habría terminado con sus dedos arruinados y había prometido que no lo volvería a hacer.

Pero mientras Yoongi estaba sumamente preocupado, Jungkook pensaba que había dado un paso gigante. Por fin iba a aclarar sus sentimientos con respecto al pálido, porque para ser sinceros, habían muchos idols que le llamaban la atención, pero con Yoongi era diferente. Tal vez se debía a que pasaba todo su tiempo con él (y los demás).

La idea de salir con sus amigos fuera de BTS se volvió muy tentadora. Ellos seguramente tenían más experiencia, pero tampoco podría descuidar a Yoongi. Le había casi prometido que aclararia sus sentimientos, porque no había que ser muy inteligente para darse cuenta que Yoongi estaba enamorado de él y sí estaba seguro.

Todos en la mesa notaron los dos lados de la cara. Un Yoongi genuinamente preocupado por saber que pasaría y un Jungkook tan tranquilo como si no pasara nada.

Yoongi picaba la comida. En verdad quería saber que iba a hacer si es que todo no resultaba como quería. Pues el rapero a pesar de mostrarse algo frío e indiferente, era él más sentimental de todos.

Tampoco es que quisiera generar un mal ambiente en el grupo si es que Jungkook llegaba a partir su corazón. Suspiro con pesadez mientras se llevaba un poco de manzana a la boca.

– Yoongi hyung, hoy iré a ver un museo, quisiera que fueras conmigo.

Namjoon mostró una sonrisa de hoyuelos y entonces cayó en cuenta. Estaba preocupando a todos por cosas que ni siquiera habían pasado aún.

Su ansiedad se lo estaba comiendo vivo.

– Vamos entonces. Luego trabajaré en mi estudio.

Esa pequeña sonrisa fue suficiente para derretir el corazón de Jungkook. El pensaba invitarlo a salir, pero podría entonces ir a su estudio y estar con él. De repente se sintió superior al recordar que sólo él sabía la contraseña y podría ir a su estudio cuando quisiera.

Eso solo era una pequeña muestra del gran amor que Yoongi siente por el menor.

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