Capítulo 16

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Sí bien, ahora estaba seguro que siente amo genuino por Yoongi. No entendía por qué suprimia todos sus sentimientos y es que era así desde pequeño.

Generalmente evitaba decir que algo le gustaba o simplemente fingía que no y había hecho eso mismo con Yoongi.

¿Por qué?

Esa pregunta rondaba por su mente desde que habló con Namjoon. Él intentaba darle una explicación, porque pudo haber estado con Yoongi desde hace muchos años y haberse evitado todos esos malos ratos que paso con el mayor, pero prefirió ir por el camino difícil y tedioso.

Se consideraba un gran chico, pero no sabía hasta hace unas semanas, lo difícil que era para él aceptar y reconocer sus sentimientos.

Porque para terminar de completar su desgracia, Kim Taehyung había decidido hacerle la guerra, lo miraba de forma despectiva y le hablaba muy poco. ¿Qué había hecho mal?

Decidió alejarse de Yoongi unos días, a pesar de que él mismo le había pedido que no lo hiciera. Necesitaba decidir que hacer de una vez por todas.

Se sentía encadenado y silenciado. Quería gritarle a todos que amaba a Yoongi, lo amaba tanto que se estaba ahogando, lo necesitaba porque se sentía bien con él. Pero las redes sociales estaban plagadas de comentarios que simplemente lo hacían odiar ser una figura pública.

Al parecer todos estaban de acuerdo con que Yoongi no era suficiente para el magnífico Golden Maknae, que sería mejor si Jimin estuviera con él. Aunque le parecía de cierto modo gracioso el como todos lo apoyaban a él y estaban odiando a Yoongi.

Las personas eran una completa mierda.

Quería arrancarse los pelos de la cabeza de la desesperación que sentía. ¿Cómo podía hacerles entender que era el Golden Maknae gracias a Yoongi? ¿Cómo decirles que se moría por su hyung sin que los odiaran en todo el mundo?

Si bien no era necesario hacerlo público, Jungkook sentía que en cualquier momento besaría a Yoongi o diría algo comprometedor que terminaría por afectar a toda la agrupación.

Lo que menos quería era perjudicarlos.

En las noches soñaba que era una persona simple, que no llamaba la atención. Soñaba que salía junto a su mayor, tomados de la mano y todos simplemente los ignoraban porque al fin y al cabo no eran nadie.

Se negaba a decepcionar a sus fans.

No quería esconderse. No quería aparentar más.

Pero era tan difícil.

– ¿Jungkook? Estas temblando, ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?

Yoongi había ido a la habitación del menor. Se había olvidado de su USB en ella y la necesitaba con urgencia. Solo que no esperaba encontrar a Jungkook temblando en una esquina, mientras tiraba de su cabello y lloraba. Parecía tener una crisis de ansiedad.

Olvidando todo (como siempre hacia por el menor) fue hasta él y tomó sus manos. Parecía un muerto en vida, sus ojos no tenían ni siquiera un destello de luz y entonces se sintió culpable.

Desde el día de la pelea, había prestado más atención a Taehyung porque simplemente la actitud arrogante de Jungkook lo había sacado de sus casillas, no pensó que tal vez el menor estaría igual o peor que Kim.

– Tranquilo, todo estará bien, Hyung está aquí. No voy a irme Kookie.

Intentaba calmarlo hablando en un tono suave. El menor pareció entrar en razón unos segundos después, ya que lo miro fijamente.

– Yoongi...

– Sí, soy yo, tranquilo... respira lento.

Le hablaba como a un niño y eso en parte le produjo cosquillas en su estómago. Él es tan especial.

Jungkook se abalanzó contra él, haciendo que el mismo quedara bajo su cuerpo y entonces pensó que jamás había visto algo tan hermoso. Yoongi se veía espléndido bajo su cuerpo. Le encantaba la forma en la que sus pálidas mejillas tomaban color y mordía sus labios con nerviosismo.

Lo necesitaba tanto.

Unió sus labios en un desesperado beso. Se sentía jodidamente bien tener su boca sobre los suaves y delicados labios de Yoongi. Quería calmarse y besarlo con delicadeza pero ya tendrían tiempo para eso luego o eso quería pensar.

Ser besado por Jungkook lo tenía desconcertado. Era un beso fuerte, demandante y un tanto salvaje. Estaba más que encantado de recibirlo pero aún así tenía sus dudas porque después de todo el menor no le había dicho nada.

Colocó sus grandes manos en el pecho del contrario y lo empujó un poco, haciendo que cortaran el beso.

– Jungkook detente... no sé si esto esté bien.

– Está bien, porque te amo, Yoongi.

De pronto se sentía débil y juraría que su cuerpo era gelatina. ¿Era real? ¿Acaso había escuchado bien? Su rostro completamente rojo delató su estado.

– ¿E-estás seguro?

Y eso que él no solía tartamudear jamás, pero luego de semejante confesión, no era para menos.

– Completamente, te amo tanto como a la leche de platano, Yoon.

Un suave carcajada del mayor hizo que su pecho se calentara. ¡Le encantaba! Una sonrisa boba se poso en sus labios y dejó un casto beso en su boca.

Yoongi era mágico. Lo hacía olvidar todo, pues en su mente, lo único que había era Yoongi en todas partes.

No podía pensar en nada que no fuera él.

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