13 "Rota"

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Salí de aquella habitación para ir aparearme con unas de mis rameras, aunque se, que lo haría pensando en alguien más.

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- Hija, tienes que irte - dijo mi padre al borde de la muerte con parte de su pecho desgarrado.

- ¡No!, ¡no me iré sin ti! - grite mientras las lágrimas no dejaban de salir.

- Mi chiquita, te amo.. - dijo antes de quedar sin pulso.

Llore, llore con furia y temor. ¡No podía dejarlo aquí!

- ¡Señorita!, ¡Señorita!, ¡Tiene que venir con nosotros!- dijo uno de los guarda espaldas que llevaba conociendo todo mi vida.

- ¡No puedo dejarlo aquí!, ¡váyanse y sálvense!, ¡yo no lo abandonare! - grite con dolor.

Luego sentí como me tomaban a la fuerza para sacarme de la Casa Blanca.

- ¡PAPÁ!, ¡PAPÁ!, ¡No por favor!, ¡No podemos dejarlo aquí!, ¡PAPI! - grite, llore, suplique, pero nada funcionó.

Sentí como mi vida se me escapaba de las manos así como si fuese arena.

El dolor indescriptible que sentía de haber perdido a mi familia.

La ira que sentía por no haberlos protegido.

La ganas de saltar de un maldito puente llegaron desde que ví a mi padre morir entre mis brazos..

<<Te arrebataron de mis brazos, pero mi alma sigue contigo>>

El sentimiento en mi corazón, de tan solo pensar que tú ya no estabas en este mundo, era como construir un casa y luego destruirla, así sucesivamente.. No tenía sentido.

¿Que hice yo para merecer esto?, soy buena en mis estudios, amo a mi familia y nunca he hecho algo tan cruel como para merecer esto.

Pero aveces, las personas que eran buenas le sucedían cosas malas, y a las personas malas le sucedían cosas buenas.

Ese era el ciclo de la vida, y nadie podría cambiarlo.

¡Pum!

Un ruido estruendoso me saco de trance y luego me di cuenta de que estaba dentro de una camioneta blindada.

Nos perseguían.

Tratábamos de perderlos hasta que finalmente los dejamos detrás, o eso creímos..

De la nada sale otro auto y nos choca haciendo así que el conductor pierda el control.

Lo último que recuerdo es ver al auto dando vuelta.

Cuando despierto siento la sangre caer por mi sien, y a varios guarda espaldas muertos y uno que otro vivo.

Sentí como cosas se acercaban, así que rápidamente con mis pequeñas manos temblorosas me saqué el cinturón de seguridad.

EXTINCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora