23 "¿nueva amiga?"

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Los recuerdos no dejan de atormentarme, pero aún así, este fue tranquilo.

Hace mucho que no dormía tan bien, calculo que he dormido como unas cinco horas.

Hace un rato, el chico rubio del cual no recuerdo su nombre, había tocado mi puerta diciendo que ya debía salir y hablar con Stevens.

Así que ya estaba vestida, con unos vaqueros, una remera negra y unos zapatos un poco rotos.

Pero estaba bien, la moda no importaba mucho ahora que era casi como el fin del mundo.

Salí e este tipo rubio me esperaba.

- sígueme -

Caminamos por unos pasillos y entramos en una oficina con muchos libros y ahí estaba el, creanme, cuando tengo una mala espina sobre alguien, siempre termina siendo como mi intuición lo percibía.

- Bienvenida, Elizabeth. Toma asiento -

- gracias -

- Muy bien, ahora que estás aquí, necesito que tú mi amigo, salgas de la oficina - volteo a ver al rubio y veo como con un resoplido sale de la oficina sin muchos ánimos a mi parecer.

- Estamos a solas, ahora dime, ¿cuál es tu plan? - digo.

- Se cómo podemos acabar con el maldito perfectio -

En cuanto esas palabras salieron de su boca quedé sumamente sorprendida.

- ¿Qué? Pero.. ¿Cómo? -

- El oxígeno no hace mucho efecto en el, no como para matarlo pero.. si pudiésemos burlar su seguridad, si tan solo mis hombres pudieran entrar. ¡Tu conoces el castillo! Te necesito para idear un plan perfecto -

- ¿Estás loco? Ni con un ejército de perfectio seríamos capaz de eliminar a ese ser de la tierra, ¡menos con un humanos! -

- Escúchame, hoy personas murieron por ti.. -

- ¡NO! murieron por ti, ¡Dios! Pensé que tenías un buen plan, que esas muerte valieron la pena-

- Y la valieron -

- Tu harás que lleguemos a la extinción -

- Lo único que importa es que esa cosa muera -

- Dime qué no estás loco, por favor, no puedes hacer esto -

- claro que puedo y tú vas a ayudarme con eso -

- ¡No lo voy a hacer! -

- Oh querida, claro que lo harás. ¡Que entre!.

Vi hacia la puerta y por ella entraron dos guardias con una niña de unos diez años.

Uno de ellos tenía un cuchillo filoso en el cuello de ella y quedé sin habla.

- Ves lo que pasaría si no me obedeces - lo miro a los ojos y..

<<Te mataré>>

En otro lugar.

Mi esposa aún no es encontrada, y lo peor es que no dejo de pensar en ella..

En su cuerpo y en como necesito hacerla mía.

Cuando la encuentre deseara nunca haber nacido.

Lo peor es la abtinencia, ahora que estamos casados no puedo estar con nadie más.

Eso lo vuelve un martirio.

Pero pronto estará conmigo, ella volvera a mi.

Si traicionara a quien se supone que me acompañará toda la vida ¿que clase de monstruo seria?.

Narrador omnisciente

El frío invierno llegaba, y el año de acababa, y hasta el desierto del mundo temblaba, porque sabía la guerra que se aproximaba.

El corazón del rey se descongelaba por la ausencia de su amada, más su amor lo reflejaba de manera equivocada.

Elizabeth

¡Mierda!, nuevamente me encontraba encerrada, podía salir, claro, a cambio de la muerte de una inocente niña.

Mis pisadas en el piso de concreto eran más y mas rápidas hasta mi habitación hasta que choco con una chica ojos color miel.

- Discúlpame -

- No pasa nada - asentí y cuando iba a irme.

- hey, ¿eres nueva no? no te había visto por aquí? -

- Si, lo soy - dije rápidamente.

- ¡Una nueva amiga! - dijo con una sonrisa radiante y perfecta dentadura.

<<¿Será una espía?>> no podía confiar en ella.

- Ah, si -

- no te ves feliz ¿me acompañas? - antes de poder responder ya me estaba arrastrando hacia un lugar, cuando me di cuenta, íbamos hacia afuera.

- no podemos salir - dije.

- no te preocupes, tengo todo controlado- con desconfianza la segui.

Ya estábamos afuera, el olor más rico del mundo llegó hasta mi nariz.

<< tierra mojada>>

Me sentía extrañamente nostálgica, pues era el olor favorito de mi papá.

Flashback

- ¡Papi! ¡papi! ¡esta lloviendo! -

- ¿quieres salir ahora? Se te acaba de salir un diente.

- el ratón de los dientes aún no vendrá, es de día, por fiiiis, sal conmigo -

- estoy ocupado enana -

- ¡Papiiiiiiii! - lloriquee.

- Solo un minuto - suspiro.

Tome el dedo pequeñito de mi papi y salimos afuera de la casa blanca en la que vivíamos.

- tierra mojada - pronunciamos juntos y luego nos reímos.

***

Hola fresitas, estuve en un viaje que parecía interminable.

- Manu 🍓

EXTINCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora