Todo por ella

10 1 0
                                    

Benjamín

A la mañana siguiente me despedí de todos y fui directo al trabajo. Aunque me dieron días libres a causa de todo lo que ha sucedido, preferí dejar a Perla con la enana y trabajar. Lo cierto es que, en este momento, es mejor eso que tener tiempo para pensar.

Estaba sentado en mi consultorio, terminando de revisar unos papeles, cuando escuché la puerta abrirse, lo que me pareció extraño, ya que no esperaba a nadie, y los que vienen de sorpresa tienen la costumbre de tocar.

—Do… Doctor —alguien llamó.

Al llevar mi atención a esa voz, me di cuenta de que era proveniente de Valeryn. Su cara estaba pálida como si llevase días sin dormir. Sus ojos rojos confesaban que no hacía poco había detenido su llanto. Me preocupé, poco la conocía, pero jamás creí verla tan destruida. Deduje que se había enterado de lo de la enana.

—¿Te enteraste? —ella me miró a los ojos y asintió con la cabeza.

—Usted ya lo sabía —afirmó con voz baja.

—Pasó en mi casa —ella miró confundida —pero ya está bien la enana —agregué.

—¡Qué alivio! —su expresión cambió al instante a preocupación —¡¿Qué le pasó a Luna?! —preguntó alterada.

La miré desentendido.

—Se escapó de la casa —respondí con obviedad.

—¡Qué! —exclamó —no puedo creerlo, otra desgracia más —masculló —¿será que me están castigando por lo que hice? —siento que esa pregunta es más para ella misma que para mí.

—¿Por qué lo dices? —interrogué.

—No lo sabe —suspiró y su mirada se entristeció.

Era como si quisiera decirme algo, pero a la vez no. Le hice señas para que tomara asiento. La miré esperando a que hablara y contara aquello que le entristece.

—Sacha creía que vos y Perla estaban casados y fue todo por mi culpa —me soltó en un resoplido haciendo que quedara estupefacto —le hice creer eso porque no quería que saliera lastimada —continuó.

No le encuentro sentido a su justificación, no entiendo por qué no vinieron a preguntarme.

—¿Por qué me lo estás contando?

—Porque me cansé de todas esas mentiras, además hay algo que no entiendo…

—¿Por qué le mentiste? —interrumpí.

—Vos te veías tan bien con Perla… —enarqué una ceja —además, mira, terminaron casándose, sabía qué pasaría —desvió la mirada.

—No tiene nada que ver —comenté sin entender su reacción.

—No solo era eso —susurró —se sentía confundida.

—¿Confundida? —chasqueé la lengua —así que eres la culpable de todo esto —ella me miró de abajo hacia arriba sin soltar una palabra —no entiendo qué clase de amiga eres —me pasé una mano por el pelo, buscando las palabras adecuadas —¿por qué mentirle? Si sabías que yo estaba solo, ¿qué te pasa por la cabeza? —dije tratando de estar calmado.

—Está bien, tenés razón —admitió alzando las manos en señal de redención —pero ella fue por vos —me apuntó con el dedo índice mientras me fulminaba con la mirada —dejó todo por vos, no pensó ni en su abuelo —se acercó —admito que me equivoqué, pero vos, sabiendo sus sentimientos, sabiendo lo que todos piensan de ella, lo mal que lo ha pasado, fuiste capaz de perseguirla —continuó con un tono de voz sarcástico —¿por qué la seguiste si estabas enamorado de otra persona?

La cruz roja Donde viven las historias. Descúbrelo ahora