Quiero vivir mi vida [Libro 2]

CAPÍTULO 10

Eva

Mi cabeza seguía doliendo, mis muñecas dolían de tantos intentos que hice para intentar soltarme. No se que hora era ni si ya había pasado un día, es todo tan confuso. Mi nariz sangraba y mi labio inferior tenía un pequeño corte.

-Vale haber tengo dos opciones o llamo a tus padres y ponemos una tregua o te mato y veo como tu madre sufre.

-No sé cuál de las dos me gusta más.

-Porque a mí, porqué yo...

-Porque eres el único ser querido que tu madre tiene todavía vivo, y haría lo que fuera por su hija así que será fácil traerla y que caiga en la trampa.

-Porqué no la llamamos y se lo dices tú cielo.

-No intentes nada, de acuerdo solo lee lo que te ponga en el papel.

-¿Hola?

-Hola cariño, ¿cómo estás? - quise vomitar cuando escuché de la manera en la que Javier le hablaba a mi madre -

-Tenemos una sorpresa para tí, pero... Todavía es muy temprano, dentro de poco sabrás qué es.

-¿Javier qué has hecho? - gritó mi madre histérica -

-Mam.... - me taparon la boca y mi intento de que mi madre escuchara mi voz no sirvió de nada -

-Que te calles te hemos dicho. - me dijo Gabrielle al oído para que mi madre no se enterara -

-Hasta luego cariño.

-Javier...

-Tu madre casi te escucha. ¡Te dije que te callaras! Encargarse de ella. - dijo tras cerrar la puerta tras él y me dejó sola ante el peligro -

-No, por favor - supliqué, pero no sirvió de nada -

Volví a recibir patadas en las costillas y un puñetazo en mi nariz, que ya estaba sangrando antes de que recibiera otro golpe. Me quedé sin aire, eran dos contra uno eso no es justo. No podía respirar bien, cada vez se me hacía más pesado. Tendría que tener moratones por todo el cuerpo y heridas, con solo intentar hablar me dolía todo el cuerpo. Esto no es justo, quería salir. No podía más, porqué a mí yo solo vine por trabajo y para pasármelo bien, no hice nada malo.

Lucas por favor date cuenta de lo que está pasando. Me repetía eso cada vez que veía que el tiempo que iba a estar aquí encerrada iba a ser cada vez más y que tardaría en ver la luz del sol de nuevo. Sé que es muy listo, le sonará raro lo que pasó y que por favor él mismo haga el puzle y lo descifre, por favor.

La habitación el la que estaba era tan pequeña pero tenebrosa, no tenía luz pero por el pequeño rayo de luz que a veces entraba veía que las paredes eran de color gris oscuro. Mientras estoy aquí solo una vez me dieron un vaso de agua y pude ver mis muñecas rojas y con detalles morados por culpa de la cuerda que estaba a su alrededor.

Cuando intentaba hacer algo que a ellos no les gustaba o ya no sé si lo hacían por simple diversión, me golpeaban con objetos o sin ellos pero dolía de la misma manera, y yo intento sobrevivir lo juro pero ya no puedo más, quiero rendirme.

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No sé cuánto tiempo había pasado pero más de tres días seguro. Tampoco podía orientarme por la luz del sol porque siempre me sedaban o me golpeaban hasta quedar inconsciente. Apenas podía sentir mi cuerpo, me dolía todo. Tenía las manos desatadas pero ahora tenía mi pie izquierdo atado a una cadena y el sonido que hacía al moverme era tan ruidoso que me dolían los oídos y así tampoco podía intentar nada para salir de ahí, me atraparán.

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¡Los amo!

Nuria Muñoz.