Quiero vivir mi vida [Libro 2]

CAPÍTULO 7

Eva

-Buenos días a todos, cómo ya sabéis en unos días nos vamos a Italia. Como es normal querréis disfrutar entonces mañana a las diez pasará mi esposa Anna a recogeros para irnos unos días antes y que podáis estar a vuestro aire por Italia. Ya están reservadas las habitaciones de hotel, son individuales pero si alguien la quiere compartir con otro compañero no hay problema.

-Hoy tenéis el día libre chicos, aprovechad.

-Y entonces porqué nos hemos levantado temprano. - dice Ben con cara de cansancio -

-Porque si no, no hubieras venido hoy y no te enteras de que mañana nos vamos.

-También es verdad.

-Eva, porqué no te vienes conmigo y compramos algunos modelitos para el viaje.

-Claro, por qué no. Recojo algunas cosas de la oficina y ya vengo.

-Te espero en el coche.

Recogí mis cosas, metí el móvil en el bolso y bajé para irme con Anna al centro comercial.

-Mierda ha empezado a llover.

-¿Se te ha olvidado algo, Smith?

-No, solo que ha empezado a llover y no tengo paraguas.

-Ven, compartimos el mío. No seas orgullosa venga.

-Vale.

Sentirlo tan cerca de mí me hacía pequeña, él era más alto que yo. Me puso el brazo alrededor de los hombros para que no me mojara con la lluvia.

-Ese es el coche de Anna. Espera que te abro la puerta.

-Gracias. - digo tímidamente -

Él solo asiente con una media sonrisa, me monto en el coche. Lo veo ahí parado mientras nos alejamos Anna y yo.

-No lo puedo creer.

-¿Qué?

-¡Te gusta!

-¿Qué? No.

-Oh, claro que sí.

-¡Que no! Es irritante y...

-Y te gusta.

-No...

-De acuerdo, lo que tu digas.

_

Estuvimos dos horas buscando ropa y complementos para una de las cenas de la empresa que teníamos en Italia. Yo cogí un vestido blanco, era elegante pero sencillo acompañado con unos tacones plateados.

-Vas a ir preciosa.

-Gracias tu tampoco vas a ir nada mal.

-¿Cómo que nada mal? Mi esposo se desmayará al verme.

-Era broma mujer, va a ir guapísima.

Ir de compras con Anna fue muy divertido, por suerte cuando nos dirigimos a mi casa ya la lluvia había parado.

-¿No quieres subir?

-No gracias, debo ir a casa y preparar las cosas para mañana.

-De acuerdo, hasta mañana.

-Hasta mañana.

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Me levanté temprano para terminar de organizar todo, me puse una sudadera y unos pantalones vaqueros para ir cómoda, hoy hacía un poco de más frío de lo normal. En París nunca se sabe cómo será el tiempo.