El fin de semana se habia escapado de las manos del ruso como agua entre sus dedos, el desfile lo habia dejado totalmente agotado y apenas pudo resistir el comienzo de semana, el primer lunes después de un lanzamiento solía ser el dia mas dificil del mes incluso para el presidente.. por suerte el día habia avanzado con rapidez pudiendo escapar de las garras de Chris quien llevaba todo el dia dando indirectas sobre el tema de conversación que habían dejado pendiente en el desfile, Phichit, la tarjeta, Yuuri....
Viktor, agotado habia llegado al departamento de Sara después del trabajo desvistiendose por el pasillo hasta llegar a la habitación para meterse de cabeza entre las cobijas, fue realmente difícil esquivar las caricias de la morena, sin embargo Viktor se sentía drenado, acabado, mortificado, su cabeza amenazaba con estallas por la sobreacumulacion de pensamientos y la culpa era de dos personas, Christophe Giacometti y Phichit Chulanont, los dos hombres causantes de sus actuales pesadillas, aunque, sí debía encontrar a un culpable posiblemente la balanza se inclinara hacia Yuuri y el mismo... mas él que Yuuri claramente..
-¿Hoy también estás cansado Viktor...?-.
La voz de Sara se coló por sus oídos mientras sentía sus cálidos labios dejar un camino de besos por la extensión de su cuello y su hombro mientras su mano comenzaba a bajar entre caricias por su vientre colándose por la cinturilla de su boxer.
-La verdad es que si, lo único que quiero en este momento es dormir Sara...-.
El ruso tomó la mano de la italiana con suavidad para llevarla hasta sus labios y besarla rápidamente antes de apagar la luz y llevarse las cobijas hasta la cabeza.
-Que descanses querida..-.
Sara simplemente no respondió, simplemente dejó escapar un suspiro de cansancio, se volteo , apago la luz de su mesita de noche y al igual que Viktor se llevó las cobijas hasta la cabeza dejando un margen significativo de distancia en la cama entre Viktor y ella, lo cual el ruso agradeció.
La neblina del sueño empezó a llevar a Viktor hasta un estado tal de relajación que su consciencia no supo en qué momento comenzó a mezclarse con la realidad alterna que solo los sueños son capaces de crear, ya que de un momento a otro ya no se encontraba en su cama, sí más bien se encontraba caminando por un largo pasillo de paredes blancas, a su alrededor habían muchas personas pero ninguna de ellas prestaba atención a su presencia, sus ojos viajaron con curiosidad por el pasillo observando puertas y cortinajes en sus paredes , unos metros más allá dio con una mesita metálica con insumos de primeros auxilios, extrañado presto más atención a las personas que corrían por su lado viendo que se trataba de sombras y rostros difuminados con batas blancas, entonces lo entendió, se encontraba caminando por el pasillo de un hospital, aunque no recordaba cuándo fue la última vez que habia pisado uno... sus ojos continuaron examinando el lugar hasta dar con una delgada y más pequeña que el un poco más adelante, caminó con lentitud no queriendo espantarle ya que a sus oídos llegaron los fuertes sollozos que la figura frente a él dejaba escapar, podía distinguir los hombros de una persona moviéndose en respuesta al llanto pero no podía identificar nada más, ni cómo estaba vestido, ni su rostro, ni el color de su cabello.. preocupado alzó su mano para intentar tocar la cabeza de la persona pero esta fue capaz de traspasarla dejándolo atónito, asustado, dio un paso hacia atrás notando como la figura paraba de temblar y con lentitud levantaba su brazo derecho apuntando a una persona que se encontraba aún más adelante que ellos, esta vez sí fue capaz de distinguir... frente a él se encontraba Yuuri Katsuki, sonriente, brillando incluso entre toda la luz que lo envolvía, su risa tintineo por los oídos de Viktor atrayéndolo de alguna manera, sin embargo, Yuuri no se encontraba solo, en sus brazos una pequeña niña de hermosos ojos azules y un cabello largo tan negro como la noche reía y repartía besos por las mejillas del japones.. sin embargo, de un momento a otro el cuadro frente a él comenzó a trisarse en miles de pedazos, Viktor intento correr hasta Yuuri llenándose de un miedo que en ese momento no supo explicarse, pero frente a él, sus padres aparecieron como una barrera imposible de traspasar, intentó huir en dirección opuesta, pero en detrás de él Sara y Michele se encontraban de pie observándolo... las figuras parecían medir tres metros más de lo que una persona normalmente media, o el quizás se habia vuelto más pequeño no lo sabía con certeza, las cuatro figuras levantaron su mano, apuntándolo y comenzando a gritar insultos de toda clase... "asqueroso homosexual"... "no mereces heredar mi dinero"... "maldigo el dia en que te di a luz"... "me da asco pensar que pusiste tus manos sobre mi hermana"... Viktor comenzó a sentirse sofocado, desesperado, sus piernas se doblaron cayendo de bruces al suelo mientras intentaba esconder su cabeza entre sus manos notando como su largo cabello lo escondía del mundo.. solo quería huir.. escapar...
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Yo soy Yuuri, el cerdito.
Hayran KurguKatsuki Yuuri, un joven de 23 años, graduado en uno de los mejores colegios de Kyushu, Japón, titulado en economía y finanzas en la Universidad de New York, cansado de ser rechazado por todos los ejecutivos que lo han entrevistado, se aventura a bus...