Capitulo ³¹

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Midoriya tardó un momento más en levantarse, ya casi al meterse completamente el sol, para retirarse a los dormitorios.

Sin duda estaba muy feliz de que todo resultara bien, pero sentía que había sido demasiado, Denki había sido demasiado bueno con él. Y la verdad es que su aroma lo ayudó mucho a calmarse, de lo contrario se hubiera quedado ahí llorando hasta media noche.

Ya que tenía su permiso, esperaría un poco, no quería abrumarlo con su frecuente frecuencia, quería darle espacio y después acercarse con calma.

Por otro lado Kaminari ya había llegado al edificio y esperaba no encontrarse con el cenizo ni el pelirrojo, pues aún no los quería enfrentar. No llegó tan tarde y había pocas personas en la sala, así que todo iba bien. Sin previo aviso llegó Jiro en frente suyo, cuando estaba en los pasillos casi al llegar a su habitación.

–Kaminari.

–Hola Jiro.

–Escucha te quería preguntar algo– se detuvo cuando acortaron distancia porque detectó un olor peculiar –Oye, ¿Por qué hueles a...– se acercó más para olfatearlo mejor –, Midoriya?

–¿Ah?

La peli morada lo había visto caminar medio raro y desorientado cuando pasó por la sala, por eso fue tras él antes de que alguien más notara su peculiar comportamiento. Además de que otra vez tenía las orejas agachadas, cosa que había cambiado desde la mañana y su cambio seguro despertaría la curiosidad de más de alguno.

–Eh... yo... este... estaba... en, a...– se puso nervioso porque en realidad no había notado que tenía el olor del pecoso.

No pensó que con esa cercanía que habían tenido se le fuera a pegar su olor, por eso no se había ido a bañar o cambiar rápido. También no supo que responderle porque los únicos que sabían lo que había pasado aquella noche eran Bakugou, Kirishima y Mina, y para explicarle por qué había ido con el peli-verde tenía que explicar todo lo antes sucedido y no quería hacer eso.

–¿Sabes qué? Vámonos y ya me cuentas allá– indicó tomándolo de los hombros.

–¿Pero a dónde?

–A donde sea pero vámonos, porque si Bakugou te encuentra y te huele ya valistecon eso lo giró y empezó a a avanzar.

Pero para su mala suerte fueron vistos por el cenizo que pasaba por ahí, más bien pasaba por uno de los costado del pasillo donde ellos dos estaban, justamente para buscar al rubio y preguntar precisamente por su tardanza.

Oi Pikachu– habló todavía desde la esquina.

Ambos se giraron con miedo reconociendo la voz.

–¡¿Bakugou?!– preguntaron al unismo.

Levantando aún más las sospechas del contrario, que se acercó a paso normal. Aunque justo antes de que estuviera a una corta distancia, la de ojos morados se apresuró a hablar.

–¡Bakugou!– repitió como un saludo amistoso –Escucha me lo voy a llevar porque lo necesito para que me explique una tarea de inglés, en un rato te lo devuelvo– concluyó palmeando la cabeza del rubio, mantenimiento su sonrisa.

Eso dejó confundido al cenizo, por más que supusiera que más de alguna vez Denki la había ayudado en inglés, no imaginó que lo diría tan abiertamente. Era orgullosa en ese aspecto, así no admitiría que alguien le ayudaba y mucho menos el rubio; lo cual lo volvía todavía más raro.

Mi Presa, Mi Conejito, MI DenkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora