Capitulo ²⁷

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Las orejas de Kaminari
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Aparentar normalidad y estar a racha significaba ir a la escuela, por mucho que quisiera quedarse a dormir Kaminari tenía que asistir.

En la mañana el primero en despertar fue Kirishima debido a una alarma que tuvo que apagar para no despertar al rubio, aún estaban abrazados, pero al menos el contrario no estaba tirado en el piso como la última vez. Remplazó hábilmente su cuerpo por una almohada la cual el menor abrazó, no quería despertarlo aún y además era buena hora por lo que podía dormir un poco más.

Para cuando el blondo empezó a abrir los ojos el pelirrojo ya estaba cambiado, arreglándose el cabello.

Éste se había olvidado de que en realidad no estaba en su habitación, así que se despertó y estiró la mano a fuera de la cama buscando su celular en 'su mesa de noche' pero no encontró nada. También sintió que había pocas almohadas, así que llegó a la conclusión de que no era su habitación, sino del pelirrojo. Se sentó en la cama para despertar mejor mientras se tallaba un ojo con sueño.

El más alto se percató de su despertar y volteó en su dirección.

-Buenos días Kaminari, que bueno que despertaste justo estaba por hacerlo- saludó con una sonrisa alegre.

-Buenos días Kirishima- devolvió mirándolo.

Se bajó de la cama para tomar sus zapatos y se dirigió al espejo.

-¿Por qué mis ojos están hinchados?- preguntó con sorpresa al verse.

-¿No lo recuerdas?- respondió con algo de miedo a tener que explicar por qué había llorado.

El contrario se quedó unos segundos en silencio con los ojos entre cerrados mirando con sospecha al que tenía a un lado, pensando hasta que lo recordó.

-Ah, eso... pensé que era por otra cosa.

-No- respondió con una sonrisa nerviosa.

-Entonces no hay problema. Bueno me voy para dejarte seguir.

-Okey, te esperamos para intentar llegar temprano, porque ya es un poco tarde, para Bakugou claro.

-Eh... si, no hay problema de igual forma Aizawa-sensei sabe que llego tarde- respondió despreocupado.

Aunque lo que dijo no era lo más sensato, le alegraba porque así era Kaminari siempre.

Espero no se note. Pensó respecto a lo de sus ojos.

El rubio se fue a su habitación, y aplicando lo que dijo se dió una ducha a pesar de la hora. Cuando salió y se vió al espejo notó que sus orejas estaban hacia abajo, completamente hacia abajo, estaban más bajas que su estado de ánimo.

Que raro. Pensó mirando el aspecto que tenían y eso fue uno de los motivos porque se le hizo tarde ya que se le dificultó secar su cabello. Otra cosa que notó al estar frente al espejo era la marca, no muy profunda pero notable, en cierta forma le preocupó eso; tocó el lugar donde estaba con duda, no sabía si se borraría o si permanecería y eso lo entristeció un poco. Logró maquillarla con éxito y no se notaba, de algo le había servido esas agradables noches de pijamada con Mina y otras chicas, ellas lo pintaban -y cabe destacar que las primeras veces parecía que tenía cejas de Angry Bird-, aunque también él las pintaba con dificultad para convencerlas, pero de ahí había aprendido un poco de maquillaje; incluso se habían tomado la molestia de recomendarle de todo tipo de maquillaje: a prueba de agua, el que dura 24 horas, el que no se escurre, las marcas más caras y buenas -cortesía de Momo- y otras que no eran tan caras pero eficientes, entre mucho más. Gracias a esa experiencia adquirida pudo ocultar la marca que tenía, así nadie sospecharía nada.

Mi Presa, Mi Conejito, MI DenkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora