Capítulo 22: "Fuego en fuego"
El ambiente era denso.
Luego de que Deva apareciera en el pórtico de la casa de su primo sin previo aviso, Ian la invitó a pasar a la sala donde un pálido Oliver se imaginaba lo peor. Varias preguntas atravesaron su mente apenas ella tomó asiento. Había algo en su mirada hostil que delataba molestia e incomodidad. Ian paseaba sus oscuros ojos entre su primo, la mejor amiga de este y su pareja, quien hacía un esfuerzo para ocultar las ganas de reírse. Una sospecha sacudió su curiosidad, así que no dudó en preguntarle a Deva cómo supo que Oliver estaba en su casa.
—Tú me enviaste un mensaje —señaló, algo confundida—. Dijiste que él estaba aquí.
—Claro que no. Yo ni siquiera tengo mi...
Cortó sus palabras con brusquedad, viendo de reojo al que ahora se llevaba la taza a los labios para darle otro sorbo a su bebida.
—¿Tú tuviste algo que ver en esto?
—El chocolate se enfrió.
—¿Lo hiciste o no?
—¿Hizo qué?
—Quitarle el celular a Ian, hacerme pasar por él, enviarte el mensaje que te trajo aquí —levantó un dedo por casa acción que enumeraba—. Básicamente, ser la salvación de todos ustedes porque son unos inútiles.
—Voy a ignorar ese insulto. ¿Cómo me quitaste mi teléfono si lo tuve encima todo el tiempo?
—Te dejas manosear muy fácilmente.
—¡Qué desvergonzado! —exclamó con las orejas al rojo vivo—. Estuvo mal que lo hicieras, pero ya que estamos ustedes podrían resolver sus asuntos para que vivamos en paz. Los dejaremos solos.
—Déjame ser testigo de esto. Si alguien se mata, quiero verlo con mis propios ojos.
—Tú, yo, a la cocina. Ahora.
Una vez se marcharon, y aunque las voces de ambos todavía podían ser escuchadas, Deva y Oliver iniciaron su propia guerra de miradas recelosas y silencios abrumadores. Ella lucía molesta, pero también muy cansada. Oliver se sintió responsable.
—¿Por qué estás aquí?
—Sabes muy bien la razón —sus palabras le sabían amargas—. Quiero saber por qué lo hiciste. Se supone que somos mejores amigos, pero no fuiste capaz de hablarlo conmigo. ¿Acaso no confiabas en mí?
—Maldición, Deva. Te confiaría mi propia vida sin pensarlo.
—Entonces, ¿por qué el engaño? ¿Qué ganabas al esconderme que te gusta el mismo chico que a mí?
—¿Que qué ganaba? —dejó escapar una risa ahogada, nerviosa—. Más bien, qué perdía. Mereces la verdad, fui un cobarde. Preferí quedarme en silencio que enfrentarte y decirte cuánto me molestaba que hablaras de él como si fuese el amor de tu vida... Como si solo tú fueras la única que tuviera oportunidad.
—¡Por una mierda, Oliver! —pegó un salto sin quitarle los ojos de encima. El castaño no hizo más que hundirse en el sillón—. ¿Qué pensabas? ¿Que sería como esas chicas de secundaria que se ponen a competir con sus amigas por la atención de un chico? Me gusta, pero no al punto de querer sacarte del camino para quedarme con él.
—¿Entonces por qué te enojas?
—Porque duele —confesó con la voz ahogada; ella peleaba para no desmoronarse—. Duele saber que ya casi no hablas conmigo, que solo me tienes ahí como un escape de tu realidad.
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Fuego en fuego [✔️]
RomanceOliver está harto de ser una marioneta. Para su suerte, o su desgracia, Ryan tiene las tijeras perfectas para cortar los hilos que controlan su vida. *** Oliver Fields tiene tanto que no tiene nada y no se había dado cuenta de lo vacía que era su vi...