14. Leo, el narcisista

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Capítulo 14: "Leo, el narcisista"

A pesar de no ser muy fanático del frío, tenía que admitir que el tiempo era ideal para quedarse dentro. Estaba envuelto en una suave cobija que mantenía su calor corporal, mientras intercalaba su mirada entre la estética del paisaje invernal y aquel chico de rubios cabellos que servía chocolate caliente para ambos.

—Cuando supe que te gustaba el café descafeinado, creí que serías de esos raros que odian el chocolate —confesó con una sonrisa mientras tomaba asiento frente al menor.

—No me gusta el chocolate —le dio un sorbo a la bebida, embriagándose con el dulzor que inundó su paladar—. Pero puedo hacer una excepción.

—¿Será porque yo te lo preparé?

—Tal vez.

Quedaron en silencio, permitiéndose ese momento en el que ninguno necesitaba utilizar palabras para expresar lo cómodos que se sentían el uno con el otro. Algo que ya se estaba volviendo una costumbre bastante agradable.

—Háblame de ti.

—¿Qué quieres saber?

—Todo —soltó Ryan sin tapujos—. En todo este tiempo que llevas viviendo conmigo, me he dado cuenta de que en realidad no nos conocemos. Quiero decir, apenas sabemos nuestros nombres y quiénes son nuestros padres.

—Sé que vas a la misma universidad a la que va Deva y que estudias Bellas Artes. También sé que te gusto, pero ese dato no es tan relevante.

Ryan se sobó el pecho, mostrando indignación. Oliver rio para sus adentros, empezaba a amar su faceta dramática.

—¡Eres un descorazonado! Pero, hablando en serio. Quiero saber qué hace que Oliver Fields sea Oliver Fields.

Oliver pensó y volvió a pensar. ¿Qué lo hacía ser él? Nunca le habían preguntado algo así. Ni siquiera conocía sus gustos e intereses del todo. Metas, no tenía ninguna; ni siquiera un sueño que le diera ganas de vivir. Se sintió tan extraño. ¿Cómo alguien era incapaz de conocerse a sí mismo? Tal vez era tiempo de empezar a descubrirse desde cero.

—¿Oliver?

—Lo siento, a veces tengo esos lapsos en donde me bloqueo.

—Parecía que pensabas en muchas cosas a la vez —explicó en un tono suave, sabiendo que con ese chico tenía que ser lo más comprensible que pudiera.

Oliver asintió con la cabeza.

—Pensaba que en realidad no tengo nada interesante para contar sobre mí.

—Todos tenemos algo interesante que contar —el rubio le dio otro sorbo a su chocolate mientras miraba a través de su ventana cómo unas gotitas de lluvia caían en diagonal, producto del inicio de una ventisca—. Pero no siempre encontramos las palabras para hacerlo. ¿Y si mejor hacemos un "Preguntas y respuestas"? Tal vez te ayude.

—Suena bien —accedió con una tímida sonrisa.

—Bueno, empiezo. ¿De qué signo eres?

—Leo —Ryan comenzó a reírse a carcajadas—. ¿Y eso qué?

—Nada, es que eso explica muchas cosas.

—¿Cómo qué? —cuando el rubio negó, Oliver no pudo evitar propinarle una patada—. ¡Vamos! Cuéntame que tengo curiosidad.

—Leo es el signo más egocéntrico y narcisista del zodiaco. O eso es lo que dicen todas las páginas de Astrología que me encuentro por internet.

—Voy a fingir que no me ofende y cambiaré el "egocéntrico" por "exceso de amor propio" —ambos rieron bajito, sin dejar de verse a los ojos—. ¿Y cuál es el tuyo?

Fuego en fuego [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora