Capítulo XXI

2.4K 248 224
                                    

Tadeo observaba como Jacobo se iba alejando con los apóstoles, tal cual como bebés patos siguen a su madre. Sonrió ante esa idea tan infantil, puede que tan impropia de él.

—¿Sucede algo?- Pedro se extrañó por la repentina diversión en soledad de su amigo.

—Lo siento, ideas tontas. Vamos a ver al Señor.- le sonrió con calma.

—¿Pensaste que Jacobo se veía como una mamá gallina con sus polluelos?

Tadeo se detuvo, su expresión de sorpresa y emoción brillaba.

—¡¿Cómo lo supiste?!

—No eres tan difícil de leer.- le correspondió Pedro.

Con esa misma alegría Tadeo lideró el camino hacia las habitaciones en donde Rebecca mencionó estar Jesús.

Pedro, mientras, se sintió culpable de usar algo tan vil como la mentira y es que la verdad era que Tadeo susurró algunas palabras como "mamá", "bebés" antes de reír. No le fue muy complicado el inferir; pero no importaba la forma en que la que la haya usado, vale cualquier pesar por observar la emocionada expresión de Tadeo.

Siendo por las personas que quiere, la culpabilidad de mentir se vuelve más tolerable.

El contrario, por su parte, fue tocando puerta por puerta preguntando por Jesús solo encontrándose con habitaciones vacías; hasta finalmente dar con la correcta.

—Pase.

La sonrisa inicial de Tadeo y Pedro fue tornándose a una de curiosidad al encontrarse a Judas en cama y Jesús extendiéndole la cuchara para comer.

—Pedro, Tadeo, han podido llegar.- Jesús le tendió el plato de avena a Iscariote.- ¿Y los apóstoles?

—Se adelantaron a la boda, Señor.- Pedro no podía de dejar de ver a Judas, mientras que el mismo Judas encontraba muy interesante la masa de su alimento.

—¿Se fueron a la boda? ¿Solos?

—Ah, Pedro y yo pensamos que podría necesitar ayuda ya que Rebecca mencionó que se encontraba con una... situación delicada.- su mirada, aunque veloz, fue de Jesús a Judas, antes de regresar su atención al Hijo de Dios.— Jacobo está cuidándolos, no se preocupe.

—Ya veo, entonces están en buenas manos.- Jesús temía por sus apóstoles, buscaba cuidarlos de cualquier tentación que se pudieran encontrar. Se explicó.— Estuve cuidando de Judas ya que enfermó de fiebre.

Pedro estaba extendiendo su mano para acercase a Judas y cerciorarse. Tadeo lo detuvo y tomó su mano para apartarla del menor.

—Sí, temíamos que algo grave hubiese podido suceder. Es bueno saber que su fiebre ha bajado. Entonces nos iremos retirando, Señor. 

—Cuando Judas se recupere iremos a la boda.- respondió Jesús calmado.

Judas, por otra parte dejó el plato sobre la pequeña mesa de noche.

En cuando Tadeo cerró la puerta, Pedro se atrevió a preguntar.

—Tadeo.- el susodicho volteó a verlo.

 —Ni una palabra de esto a nadie.- le susurró él.— hoy por él, mañana por ti.- y es que el mensaje era claro, si estuviese en una misma situación, a uno le gustaría ser ayudado.

"Brinda el apoyo que quieres recibir mañana"- Les dijo el Señor en una de sus tantas oraciones.

Sin embargo, era difícil procesar el hecho que los labios tanto de Jesús como de Judas presentaban parecidos signos de heridas, como si hubiesen estado en exposición del mismo objeto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 06, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El epítome del pecado... (JudasxJesús)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora