Capítulo IX

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Aviso de última hora(¿?)
En vista que el anuncio anterior fue democráticamente aceptado, me he visto obligada a determinar una fecha exacta para el cierre de preguntas y respuestas P&R~ yei~
Las preguntas después del lunes 12 de agosto ya no serán aceptadas:(
Es decir, si envían su pregunta a la una de la madrugada del martes, ya no será incluida y respondida por los personajes;;; (?)
Sorry, mis niños~
Dicho esto, que disfruten el capítulo~<3


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"¿Especial...?"
¿Y eso qué diablos debía significar?

Como si Jesús hubiera interpretado fácilmente su mirada, continuó.

-Él fue mi primer amigo... Siempre que me sentía muy solo o triste, él venía a mi auxilio... También fue el primero en brindarme la confianza y cariño de poder ser bautizado aún apesar de ya ser un adulto. ¿Sabes? No muchos acceden a bautizar tan fácilmente...

"Primer amigo, primer bautista..."
Ninguna de esas palabras le brindaba una llamada de alerta.

-Si te hice sentir incómodo o sentiste que le brindaba más preferencia a los demás apóstoles, te juro, desde el fondo de mi corazón, que lo lamento, Judas...

Sus palabras siempre eran tan sinceras y escucharlas sólo provocaba que un sentimiento aún más fuerte siguiera creciendo con cada vez más intensidad.

-No te preocupes por nosotros, Jesús... Estoy seguro que nadie se siente como yo...

Lo que buscaba decir Judas con ello era brindarle calma a su persona más digna de admiración que cualquier otra... Pero lo que creó fue justamente el efecto contrario.

-Creo que lo mejor sería llevar lo escencial: pan, vino, pescado, algunas frutas...

-Ah, también debemos llevar algunos saltamontes. ¿Sabes de algún lugar en donde lo preparen bien?

¿Había escuchado bien?

-Jesús, ¿Acaso dijiste...?

-Saltamontes. A veces las langostas funcionan también.

-Comprendo... ¿Eso para qué sería?

-Juan lleva una dieta de ese tipo. Adora los saltamontes y las langostas~

Explicó alegre mientras volvía su atención hacia los alimentos que se mostraban sobre la enorme mesa.
Por supuesto, habían dos bolsas llenas de panes de donde Jesús sacó uno de cada uno mostrándoselo a Judas.

-¿Qué pan comes? ¿Pan de cebada o pan de trigo?

Desde los siglos de los siglos ha existido una estrecha valla que divide a todas las clases sociales y eso, aún con el mismísimo Hijo de Dios ahí, no cambiaría.

El pan de cebada era generalmente hecho para personas de escasos recursos siendo muy económico en el mercado, mientras que el pan de trigo o mijo era para familias mucho más pudientes.

De esta manera, Jesús quería saber un poco más acerca de Judas.
Desde la primera vez que lo vio, sabía que algo especial lo atraía a él.

-Yo comeré el pan que tú quieras brindarme.

Iscariote le devolvió la sonrisa comenzando a elegir qué aceitunas se veían en mejor estado.

-Disculpe, ¿Estás aceitunas son de temporada?

-Ah... No sabría decirle, señor. Creo que sí...- le respondió con ligera desconfianza la joven vendedora.

Jesús nunca había visto a Judas mostrar una mirada tan centrada.

En verdad sí es un hombre que se toma las cosas muy en serio.

-Entonces llevaré mitad de cada uno.

Finalizó por decir el de ojos más claros, comprando lo dicho sin ni siquiera observar cuánto habría que pagar.

-Jesús, no tienes porqué preocuparte... Si ellos son tus apóstoles más leales, no les importará comer pan de cebada o de trigo... Solo les importará si tú estás con ellos. ¿Está bien?

Como un niño que acababa de ser resondrado, asintió a lo dicho por Judas, cambiando completamente los panes de trigo por panes de cebada, obteniendo así más dinero para demás alimentos.

Aún así, su voz, su mirar, el tacto de Judas no dejaba en paz a aquel que continuaba provocando un ligero rubor en su tono pálido natural en las mejillas.

Esto no estaba bien.
Su padre no lo envió al mundo terrenal para esto.

-¡Jesús, mira lo que te conseguí!

No debía mirarlo.
Por ningún motivo Jesús dejaría que Judas vea una expresión tan vergonzosa como la de ahora.

-¿Jesús?

Judas se acercaba con cada vez más temor que Jesús se hubiera podido incomodar de su presencia.

Mientras que en la cabeza del contrario continuaban resonando aquellas palabras anteriormente dichas.

"-Estoy seguro que nadie se siente como yo..."
¿Eso era algo malo o algo bueno?

-Jesús.

Judas, temiendo que algo pudiese haberle pasado, lo tomó del brazo, sin llegar a ser muy brusco, provocando que volviese su mirar a él.

Jamás podría olvidar ese brillo en los ojos de Jesús que hizo que perdiera la razón.

El epítome del pecado... (JudasxJesús)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora