Capítulo XVIII

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-¿Amarme...?

-¿Acaso la edad también te está afectando la audición? ¡Dije que yo también te amo!

-¿Lo dices en verdad...?

-¿Estás dudando de mí?

-¡N-No, no! Es sólo que esto es tan... Repentino.

-Oye, no lo hagas sonar como si hubiera sido yo quien se confesó primero. Esperen un momento, ¿En qué momento se invirtieron los papeles?

Ese es el sentido del humor que había logrado calmar sus males desde el primer momento que sus prototipos de la raza humana no salieran como él lo planeó.

-Gracias...

-¿Por qué agradeces? No es como si te hubiese disculpado.

-Lo sé, pero el no odiarme ahora me da a entender cuánto debes amarme.

Dios, más calmado, caminó hasta la esfera del tiempo que le había regalado a Lucifer hacia unos cuantos milenios.

-Lucifer, ¿Recuerdas a Adán, Eva... Y Lilith?

El joven asintió.
¿Cómo olvidar las primeras y más especiales creaciones de Dios?

El inmaculado cristal comenzó a nublarse por dentro dejando a la vista tres figuras detalladas, un hombre y dos mujeres al parecer.

-La primera vez que Adán me miró supe instantáneamente que él sería especial, después de todo, fue el primero en expresarse y caminar de manera normal.

Lucifer bufó divertido y permitió que Dios continuara. Incluso para él, que esta divinidad se haya dignado a abrirse y hablar de sus primeros hijos, era un acontecimiento nuevo.

-Le di todo lo que pudiera necesitar: un Paraíso terrenal, animales con quiénes convivir pacíficamente, mi atención y amor... Todo...- su mirada poco a poco iba tiñéndose de toques oscuros.- no existía una sola cosa en el universo que Adán pudiese pedirme y yo no sé la hubiese dado.

Dentro de la esfera se apreciaba a la sombra masculina cegada por sus deseos y llenada de objetos y atenciones.

-Llegó un día en que, con ojos de cachorrito, me pidió que le crease un nuevo ser. Uno que sea completamente diferente a él, como las demás razas.

Esta vez, en el objeto se mostraban a dos sombras que fueron hechas para unirse.

-Creé a la mujer. Tal y como a las demás especies, el cuerpo de la mujer se formó del opuesto al cuerpo de Adán...- sonrió con tristeza.- Pronto me daría cuenta que no sólo fue el género lo que invertí, sino también su personalidad, los valores que le había enseñado a Adán... Todo.

-Lilith...

-Lilith era una mujer que no conocía mi palabra, mi mandato o mi orden, no conocía la empatía, no conocía lo que no quería conocer.- ambas sombras expuestas parecían distanciarse cada vez más.- Tal y como Adán, le brindé a Lilith todo lo que su corazón oscuro añoraba.

Su grisácea mirada volteó a Lucifer.

-No importaba cuántos milagros conceda, el humano siempre deseará más, siempre buscará más; porque para él, nada es suficiente.

El mayor continuó ante la atenta mirada del rey de inframundo.

-Temía que Lilith se convirtiese en el motivo del abrupto cambio de Adán, por lo mismo, la encomendé a ti, para que su alma no siguiese contaminando a los demás.

-Mi primera huésped.- sonrió.

Dios correspondió a la acción antes que la esfera nublase a una de las sombras creando una nueva.

El epítome del pecado... (JudasxJesús)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora