El epítome del pecado... (JudasxJesús)

Capítulo VII

"Jesús..."

Tanto los apósotoles como los padres presentes se enfocaban en ver detenidamente qué era lo que Jesús haría a continuación, en Judas nacía, o mejor dicho, fortelacía más y más un sentimiento lleno de calidez y alegría.

"Jesús... En verdad, no dudaste ningún segundo en ayudar a esta pobre familia... Eres... Como un ángel..."

Por supuesto, esto era solo para sí.

Si acaso lo decía en voz alta, muchos de los demás apóstoles no dudarían en alejarlo más de Jesús.

Por parte de Jesús, apoyó sus manos sobre las mejillas de la pequeña acercándola más y más hasta sus labios, para brindarle un ligero beso sobre su frente.

Todos los presentes no comprendían cómo un beso podría ayudar en una situación así.
Pero esos mismos fueron los más desconcertados al ver como los ojos de la menor se habían abierto.

Había despertado.

-Ven... Puedes caminar...

Como si ahora ninguna fiebre la hastiase, se levantó de la cama con ayuda de la mano extendida del joven que la despertó.

-¡Es un milagro!

Gritó el hombre al punto de querer hacer un jolgorio.

-¡Hija!

-Madre... Padre...

Mientras su madre se dedicaba en repartir besos sobre su hija, su padre, quien les había pedido ayuda inicialmente, recobró los sentidos.

-Joven, ¿Quién es usted?

-Él es Jesús...- respondió Iscariote, obteniendo la mirada del gentío y en especial, la del mismo Jesús, quien sonrió ante tal gesto.

-Hijo de Dios.- continuaron sus apósotoles restantes.

-En verdad, eres hijo de Dios... Muchas gracias por salvar a mi hija... Estaré eternamente agradecida...

Aquella se había arrodillado ante Jesús quien la tomó de las manos levantándola nuevamente.

-Yo soy un hijo de Dios, al igual que todos nosotros. No se arrodille ante mí porque el único rey que hay es Dios.- le sonrió antes de besar las manos de la señora.

Nadie se inmutó en alegrar más el momento exclamando que con Dios nada nos faltaría... Menos un sólo apóstol que continuaba observando la escena con ligera molestia.

¿Acaso era necesario aquel beso?

"Judas, calma, sólo... es un beso en las manos... No hay nada de malo en eso... Nada malo..."

Apesar pensarlo, sus mismas palabras no lo convencían... Debía escucharlo del mismo Jesús.