-Padre... perdóname... porque he pecado...- le imploró con las lágrimas deslizandose por sus rojas mejillas.
¿Qué habia hecho? ¿Por qué lo hizo?
¿Por qué... no se arrepiente?
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Esta historia no busca ofender las creencias de los lectores, p...
¿A qué se debía el extraño comportamiento de Jesús?
Pareciera como si en verdad no supiese lo que quisiese, cuando la realidad era sumamente opuesta.
Jesús entendía que estas emociones eran muy intensas y casi perceptible a simple vista; sin embargo, sabía perfectamente lo que sucedería a continuación.
Judas lo iba a traicionar.
Jesús lo sabía bien, desde el primer momento en que tomó sus manos y le pidió que fuera su apóstol. Estaba bien.
Sin embargo, entre el deber y estas emociones provocaban que el hijo de Dios se sintiese cada vez más confundido.
Por supuesto, esto no es algo que pueda consultar con su Padre... Esto es un tema que debía solucionar solo.
-... También conocí a Ada en el retiro, entonces, podríamos contar a cuatro señoritas.
Realmente Juan no había cambiado nada... Seguía siendo un joven encantador como siempre.
Jesús sonrió.
-¿Eso era lo que te afligía?
El menor asintió en contestación.
-¡No te preocupes, Jesús! La indicada llegará, ¿De acuerdo?
Sin haber pensado mucho en sus palabras, el desayuno continuó de manera habitual.
Escuchando los comentarios divertidos de algunos, observando los rostros de diversión en otros e inclusive presenciar el gran apetito que podían tener algunos apóstoles suyos...
Guardaría estos preciados momentos para siempre.
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-Hey, Judas.
El joven alzó la mirada.
-¿Estás bien? Tienes unas ojeras horrendas.
-Vaya, qué delicadeza para decir las cosas, Felipe. Apuesto que eres muy popular entre las mujeres.
El menor, ofendido, se enfocó únicamente en terminar de comer su pan.
-Lo lamento, Felipe...
-Mjn.
-Pero debes admitir que tienes la delicadeza de un martillo.
La risa de Natanael no hizo esperar.
-¡Natanael, no te rías con el enemigo!
-Mi error, mi error.- intentó calmar a su amigo. Pasó su atención nuevamente a Judas.- ¿En verdad te sientes bien?
A Judas no le quedó más que asentir.
-¿Sabes? Siempre puedes ir con Juan si tienes algún problema. Es un gran consejero. Sino, ve como alegró a Jesús con su simple presencia.
