Capítulo XVI

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En silencio total, Dios y Lucifer habían avanzado más de una pila completa de plegarias dirigidas al mayor.

Fue muy sencillo a decir verdad. Ambos revisaban el pedido, analizaban si era razonable y, finalmente, observaban la fecha de caducidad.
Puesto que Dios no había siquiera mirado los pedidos en más de una década, la mayoría ya habían expirado.

Sin embargo, lejos de mostrarse alegre y relajado que el trabajo esté finalizando, Lucifer se notaba más y más hastiado.

Dios lo atribuyó al posible estrés o colapso mental que podría estar pasando.
Una pausa no sonaba mal.

-Ah~ hicimos mucho por hoy, Luci. Gracias por tu ayuda.

Le expresó brindándole unos toques amistosos sobre su hombro.

No respondió.
Ni siquiera le dirigió la mirada.

-Hey, ¿Qué tal si te enseño ahora a los unicornios? Le prometimos a Gabriel revisar las plegarias pero nunca dijimos cuántas. Son muy tiernos, los vas a amar-

-¿Tú amas a esos seres?

Le pregunta fue tan repentina que ni siquiera terminó de formularse en el cerebro de Dios antes que Lucifer continuase.

-¿Los humanos siquiera te importan?

-Lucifer, ¿Qué-?

-Responde. ¿Te importan? ¿Realmente los amas tal y como siempre proclamas?

-Los amo.

-¿Qué clase de amor tan egoísta puedes tener por ellos?

Mostró entre su mano una de las miles de plegarias que allí se encontraban.

-¿Has leído con detenimiento sus pedidos? "Dirigido a Dios: Por favor... Por favor, no dejes que mi mami muera... Seré buen niño a partir de ahora: no mentiré, no desobedeceré, te daré todos mis dulces y cometas pero por favor, Diosito, no te lleves a mi mami..."

Cogió otro papel.

-"Dios, por favor, te pido que mi hijo viva... Al igual que yo... No quiero dejarlo sólo... Quiero estar para cuando él me necesite, también quiero estar para cuando no lo haga... Por favor, no quiero irme... Por favor, Dios..."

Agregó otro papel.

-"Dios... Sé que no merezco nada por todo lo que hice... No merezco siquiera que escuches mi plegaria, pero-"

-Lucifer, basta.

-Ninguna de estas jodidas plegarias fue respondida. Ninguna.

Beligerante arrojó las interminables pilas a los pies de Dios.

-Todos ellos pedían un poco de compasión... ¡Y lo único que recibían era tu indiferencia!

Sonrió sarcástico.

-¿Qué es amor para ti?

Asentado el sepulcral silencio, se escuchó el tintineo de una nueva plegaria.

-Tú no los amas. Jamás los amante. Ni una jodida vez te preocupaste por ellos.

-Eso no es verdad, Lucifer. No lo entiendes.

-¡Ja! ¿Qué no estoy comprendiendo? Siendo uno de los seres que más tiempo ha pasado a tu lado, ¿Qué no puedo comprender de ti? ¿Sería el piadoso todopoderoso en explicármelo?

-Con permiso, בוס. Les traje su...

A media oración, dirigió su atención a ambos seres cada uno con una expresión indescifrable.
Es muy probable que haya interrumpido algo...

El epítome del pecado... (JudasxJesús)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora