Lunes, 13 de marzo, 23:55 horas.
Jimin se dejó caer sobre la puerta de entrada y se llevó la mano al corazón. Serio y enfadado, Jeon Jungkook era el hombre con más atractivo que había conocido en toda su vida. Cuando sonreía... era simplemente guapísimo. Y lo último que necesitaba en esos momentos.
O tal vez no. Hacía mucho tiempo que el corazón no le latía con tanta fuerza. Cada centímetro de su piel se estaba despertando de un largo letargo. Hacía mucho tiempo que no se excitaba tanto. Había temido que no volvería a sentir aquello jamás.
—Adelante, dilo en voz alta, Park —dijo—. «Lo que necesitas es volver a hacerlo; necesitas echar un buen polvo.»
Pero no era capaz. Le costaba incluso pensarlo. El hecho de que Kai lo engañara con alguien más le había dejado una herida más profunda que la que jamás podría hacerle ningún desgraciado con una cadena. Se había prometido a sí mismo que lo superaría, que el hecho de que lo engañara no significaba que él lo hubiera hecho mal. Qué risa. Claro que lo había hecho mal. Se había enamorado de un hombre incapaz de cumplir sus promesas. El, en cambio, le había sido fiel siempre. Lo había aprendido de su madre.
Pero, a diferencia de su madre, él se había dado el gustazo de mandar a la mierda a aquel traidor, aunque eso no evitaba que echara de menos el calor humano por las noches. Después de Kai, otros hombres habían intentado conquistarlo. Por desgracia, no lo habían conseguido.
Sin embargo, recientemente sus ojos habían captado algo atractivo; sus ojos, y también el resto de su cuerpo. Además, parecía que él también se sentía atraído. Y, si realmente sabía analizar la personalidad, la cuestión le hacía tan poca gracia como a él. Pero ¿cómo iba a saber analizar la personalidad? Si hubiese sabido, no habría elegido a Kai como pareja.
Qué pensamiento tan alentador. A fin de cuentas, tal vez Lisa tuviera razón. «Tengo que llamarla. Tengo que decirle que quiero darle un beso y hacer las paces, y toda esa mierda.» Se lo había prometido a su amigo Jin, cosa que a Jeon le había parecido importante. Un punto a su favor, por buena persona. Justo acababa de apartarse de la puerta cuando sonó el timbre y lo sobresaltó. Echó un vistazo por la mirilla y no pudo evitar soltar una maldición. En la puerta estaba plantada la mismísima señorita Han Hewon, con una pizza en la mano.
—Sé que está en casa —dijo Han en voz alta—. Acabo de ver salir al policía.
—Váyase, señorita Han. No tengo nada que decirle.
—Pues yo sí. Tengo que proponerle un trato.
Jimin abrió un poco la puerta.
—Conozco sus tratos, señorita Han; para que encajen hace falta vaselina. Haga el favor de marcharse antes de que llame a la policía.
Han se asomó por la rendija.
—Quiero una exclusiva.
Jimin se echó a reír ante la absurda petición.
—Está como una puta cabra. Y créame, sé de qué le hablo.
—Pienso redactar un artículo con su ayuda o sin ella, doctor. Si me concede una exclusiva, al menos lo que aparezca lo habrá dicho usted.
Jimin sacudió la cabeza.
—Como si me mereciera alguna confianza. Y, ahora que lo pienso, ¿cómo coño ha conseguido llegar hasta aquí?
—Le he dicho al portero que le traía una pizza al vecino. La seguridad que ofrece este edificio es una mierda, por cierto.
En eso tenía razón.
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No puedes huir de mi
FanfictionAlguien odia a Park Jimin. Una persona está atormentando a sus pacientes, llevándoles a suicidarse y haciéndolo parecer culpable. El detective Jeon Jungkook deberá detener los crímenes antes de que Jimin salga herido. **************** • KookMin • Ju...