Viernes, 17 de marzo, 7:30 horas.
—Qué maldito. —Hewon se quedó plantada frente al televisor, boquiabierta y con los brazos en jarras. Park Jimin ocupaba toda la pantalla. La expresión de su rostro iba del nerviosismo a la tristeza y de esta a la aparente sinceridad. Entonces la cámara recorrió el plato—. Está hablando con Xuan Lu.
Sung Han levantó la cabeza del periódico con una mueca.
—Cariño, déjalo ya. No va a concederte el artículo que quieres. Olvídate y dedícate a otra cosa.
Ella se volvió a mirarlo:
—Gracias, don Apoyo.
—Haz el favor de madurar, Hewon. —Dobló el periódico—. Ayer por la tarde recibí una llamada de un banco de Seúl. Quieren que empiece a trabajar para ellos a principios del mes que viene. Es una gran oportunidad, cariño. Quiero volver a casa. He pensado que si tienes un motivo tal vez cambies de opinión.
—Eres tú quien tiene un motivo para marcharse —le espetó furiosa—. Es tu carrera; tu vida.
—Creía que mi vida también era la tuya —dijo él en voz baja—. Aún no les he dado una respuesta. Podemos hablarlo esta noche; ahora voy a cambiarme para ir a trabajar.
Ella lo vio marcharse; estaba enfadada. No quería hablar del tema. Pensaba quedarse allí y conseguir firmar aquel jodido artículo aunque fuera la última cosa que hiciera en su vida. Volvió la cabeza hacia la cocina cuando una imagen del televisor captó su atención.
—A Anna Smith le dispararon a bocajarro con un arma de gran calibre. La policía está investigando el caso. Hay testigos que afirman que oyeron el disparo y luego encontraron el cuerpo. En el abrigo de la víctima había prendida una nota con el mensaje «Dime con quién andas y te diré quién eres», pero la policía se niega a hacer declaraciones sobre su significado. Les mantendremos informados...
Con movimientos lentos, Hewon se sentó frente al ordenador y fue accionando el ratón hasta tener en pantalla las fotografías que el miércoles por la tarde le había hecho a Park. Estaba la vinatería, la tienda de jerséis, la floristería, la zapatería...
«Aquí está.» La chica muerta en un primer plano con Park. Apenas habían intercambiado unas palabras, y ahora la chica estaba muerta. Un escalofrío le recorrió la espalda. «Santo Dios.» Con un nudo en el estómago, fue retrocediendo hasta la imagen de la vinatería, y otro pensamiento se asoció al anterior. Comparó la fotografía granulada de la cuarta página del HYBE de ese día con la que ella misma había tomado. «Han Umji, cincuenta y tres años, víctima de un robo en la vinatería que regentaba», rezaba el titular. Era la misma mujer.
Echó un vistazo rápido al resto de las fotos conteniendo la respiración. El portero también aparecía en ellas. «Tres muertos.» Y todos estaban en las fotografías que ella había tomado. Volvió a pensar en el papel fotográfico que echaba de menos. Alguien había entrado en sus archivos. Se le heló la sangre.
«Llama a la policía, Hewon. Llámala ahora mismo.» Al ir a levantar el teléfono se dio cuenta de que le temblaba la mano, y de pronto este sonó y ella retrocedió de un salto como si le hubieran disparado.
—¿Diga?
—¿Señorita Han? Soy la doctora Wen Hara, del Daegu Fátima Hospital. Creo que me llamó ayer.
Con las manos aún temblorosas, Hewon pasó las hojas de su cuaderno hasta que encontró el nombre que había surgido como parte de la investigación que ahora llamaba «operación matamoscas».
—Doctora Wen, gracias por devolverme la llamada. Estoy investigando sobre un caso y creo que usted puede ayudarme.
... ... ...
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No puedes huir de mi
FanfictionAlguien odia a Park Jimin. Una persona está atormentando a sus pacientes, llevándoles a suicidarse y haciéndolo parecer culpable. El detective Jeon Jungkook deberá detener los crímenes antes de que Jimin salga herido. **************** • KookMin • Ju...