Martes, 14 de marzo, 23:55 horas.
Jimin veía pasar las blancas líneas discontinuas de la carretera. Jeon no lo estaba llevando a un hotel, a menos que este estuviera fuera de la ciudad. Lo estaba llevando a casa; a su casa.
La casa con la franja de patitos en el baño y el suelo del garaje tapizado de piezas mecánicas. Podría haberle pedido que lo acompañara a un hotel, pero no se veía con ánimos. Debería darle las gracias, y lo haría, cuando el tremendo peso que notaba en el pecho dejara de oprimirle y le permitiera respirar.
Dong Hae ya no estaba. El que, junto con Sun An, le había enseñado tantas cosas. Le debía mucho. El no tenía la culpa de lo que había ocurrido y lo sabía. Y sabía también que la mirada acusadora de los hijos de su colega era una reacción lógica ante la tristeza y el dolor que sentían. Sin embargo, esas miradas se le habían clavado en el corazón como si fueran puñales, y eso junto con otras tres amenazas de muerte en su contestador... Al ponerse en pie estaba medio mareado. Salió solo del hospital, paró un taxi y se dirigió al primer sitio que se le ocurrió. A ver a Jeon Jungkook.
Menuda tontería, salir solo del hospital. Si acudir junto a Jungkook también lo era aún estaba por ver. Sung Dong Il podría haberlo estado esperando en la puerta, aguardando la oportunidad de matarlo igual que había matado a Dong Hae. Cuanto más pensaba en ello, más seguro estaba de que él era el hombre a quien Dong Hae había visto. Jimin recordó cómo Sung se había sentado frente a el en la consulta con los ojos clavados en sus manos y una mezcla de orgullo y temor en la mirada. Su arma eran sus propias manos, y las había utilizado para asesinar a Lee Dong Hae.
—¿Ha encontrado Hoseok alguna huella? —le preguntó con voz desanimada.
Jungkook lo miró perplejo.
—Creía que estabas durmiendo.
—No, de momento no duermo. —Ni luego tampoco. En su interior bullían demasiadas cosas. Pesadumbre. Miedo. Furia. Odio—. ¿Ha encontrado huellas o no?
—Cuando nos hemos marchado aún estaba comparando las huellas con el AFIS.
Jimin miró por la ventanilla. Trataba de pensar en el compromiso que tenía con sus pacientes. Con Dong Hae. Consigo mismo. Pero a su mente solo acudía la imagen de Dong Hae desangrándose; y Hyuna y sus hijos llorando.
—Llama a Hoseok. —Tragó saliva—. Pregúntale si ya ha dado con el nombre, por favor.
Sin decir nada, Jeon se sacó el teléfono del bolsillo y marcó el número de Hoseok.
—Hoseok, soy Jungkook... No, está bien. Quiere saber si has averiguado el nombre de la persona con el AFIS. —Hubo una pequeña pausa—. La lista se ha reducido a cincuenta. ¿Qué quieres hacer, Jimin?
El hervía de odio; se estaba consumiendo.
—¿Alguno empieza por Sung?
Jungkook se lo preguntó a Hoseok.
—Sí —respondió a Jimin—. Tres.
La impotencia lo atenazaba. Sería muy fácil pronunciar el nombre en voz alta: Sung Dong Il. Pero si no coincidía con ninguno de los de la lista, habría revelado sin motivo la identidad de un paciente; de un hombre inocente. Jungkook no se lo diría a nadie. «Pero yo sabré que se lo he dicho, y él también.» De repente, eso se le antojó más importante que aplacar su ira. Apoyó la cabeza en el frío cristal; estaba agotado.
—Lo siento. No creáis que estoy jugando con vosotros pero ¿podría decirme qué nombres son?
Jeon preguntó los nombres a Hoseok y los repitió en voz alta.
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No puedes huir de mi
FanfictionAlguien odia a Park Jimin. Una persona está atormentando a sus pacientes, llevándoles a suicidarse y haciéndolo parecer culpable. El detective Jeon Jungkook deberá detener los crímenes antes de que Jimin salga herido. **************** • KookMin • Ju...