Capitulo 15

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Un partido de Quidditch se acercaba por lo que Sirius había estado balanceando sus días entre: entrenar, dormir, ir a clases y tarea; por lo que no había podido pasar tiempo con Severus. Mientras que el omega sentía que estaba cerca del resultado así que se encerraba por las tardes en el laboratorio. A pesar de ese mágico beso, sus interacciones se habían resumido a miradas, sonrojos y guiños a lo lejos... al menos hasta ese día.

El animago entre abrió la puerta ligeramente para asomar la cabeza y asegurarse de que su omega estaba ahí, –Ya te olí– interrumpió el más bajo sin siquiera voltearlo a ver.

–¡Oh, vamos! no se vale, yo no puedo olerte a lo lejos– se quejó mientras terminaba de entrar.

–Ese no es mi problema– respondió con diversión.

El más alto intentó acercarse para abrazarlo pero fue detenido antes de lograrlo, –Ni se te ocurra, tengo que perfeccionar esta cosa lo más pronto posible y tu solo me distraes– le dijo mientras seguía moliendo algo.

Sirius con una sonrisa, se acercó hasta quedar pegado a su espalda y bajó hasta su oreja –Así que te distraigo, eh– murmuró.

Severus se volteó y le dió un golpe en el brazo –No estoy jugando, tengo que perfeccionar esta poción, hacer 3 ensayos para el jueves y empezar a cotizar precios– dijo seriamente.

–¿Tenemos 3 ensayos para el jueves?– preguntó el animago aterrado –Espera, a que te refieres con "cotizar precios"– su terror aún no se disipaba pero ahora también tenía curiosidad.

–¿Tenemos? yo tengo uno, Avery y Mulciber me pagaron para hacer los suyos, ya sabes, el partido de Slytherin contra Gryffindor– respondió sin importancia.

–¿Ese ensayo?– preguntó alterado –¡Yo lo terminé durante clases para venir a verte!– parecía un cachorrito triste.

Severus no pudo evitar sonreir pero de repente su cerebro le recordó lo que estaba haciendo, –Es verdad... vete, es lindo verte ser detallista pero tengo trabajo que hacer– ordenó mientras le señalaba la puerta.

–¿Cuanto ganas con lo de los ensayos?– preguntó el más alto intentando distraerlo.

–Lo suficiente como para reabastecer mis ingredientes– respondió orgulloso.

–¿Para qué necesitas reabastecer tus ingredientes?–

–¡Qué preguntón eres!– exclamó en busca de evadir el tema –Vete, estaré en el partido para ver al mejor Black jugar– respondió cariñoso, algo inusual para el omega.

–¿Irás a verme?– preguntó el alfa ilusionado.

–Estoy hablando de Regulus– respondió y se rió al ver la cara de molestia del de ojos grises.

En ""venganza"" se acercó y le robó un beso casto, –Te demostraré que soy mejor que Regulus– murmuró a milímetros del rostro contrario.

Severus se retorció avergonzado pero no comentó más; Sirius simplemente le guiñó un ojo y se fue, tenía que ganar ese partido y ya después reclamaría su premio por ser el mejor Black en quidditch.

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El día del partido llegó y con él, una tensión en el comedor durante el desayuno. Los jugadores de Gryffindor se pavoneaban con la idea de que ellos ganarían sin duda y los de Slytherin gozaban de llamarlos por cualquier apodo ridículo e insultarlos. Mientras que los demás estudiantes preferían no interferir por lo rutinario del asunto.

Regulus se acercó a Severus y se tiró sobre su hombro, –¿Qué sucede?– preguntó el omega.

–No pude dormir en casi toda la noche– se quejó mientras estiraba el brazo para picar su comida sin fuerza.

–¿Quieres una poción vigorizante?–

–Esa cosa apesta– se quejó.

–Pero te ayudará a no dormirte en medio del partido–

–Soy el buscador, Mulciber me matará si me duermo– comentó con una risa desganada.

–Te la prepararé antes del partido– finalizó Sev y continuó preparando su tostada.

–¡Black!– interrumpió justamente Mulciber.

–Desayuna bien, no quiero que te marees a medio partido– regañó al menor mientras le apuntaba con un tenedor.

El alfa recesivo solo frunció el ceño y se enderezó para seguir comiendo.

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¿Solo medio frasco?– preguntó el Black menor sin humor.

–Te ayudará a estar alerta durante el partido, no te quitará las ganas de ir a dormir después de que acabe– le dijo Snape con una ceja levantada.

El de ojos grises suspiró y se tomó el líquido con disgusto por el aroma, dando resultados inmediatos. –Ahora ve con el equipo y gana, te llevaré algo dulce después– ordenó y le dió unas palmaditas en el hombro.

–¡Snape! Luego mimas a tu bebé, lo necesito en este instante– volvió a interrumpir el capitán del equipo, llevándose con él a Regulus hacia los cambiadores.

Severus subió las gradas hasta toparse con su grupo y se dispuso a buscar un asiento para acomodarse a ver el partido. Antes de dar inicio, la profesora Hooch dijo lo usual a los jugadores y entonces si dió inicio al juego.

La siguiente hora se resumió a ver como los de la casa contraria anotaban, se confiaban, alguien de Slytherin casa metía ligeramente el pie (de forma metafórica, claro) que los hacía anotar, se enojaban, la profesora amenazaba con poner una falta y continuaba el partido pacíficamente para luego repetirse el ciclo. Aunque cabe aclarar que los leones buscaban cualquier detalle para acusar a las serpientes de que hacían trampa, en algunas ocasiones era innegable que lo hacían (si es que ya te sabías sus trucos) y en otra era totalmente el fruto de los entrenamientos.

Al final Gryffindor ganó cuando su buscador atrapó la snitch, haciendo que toda la escuela festejara su victoria en distintos niveles, mientras que Regulus parecía estar a punto de maldecir a su igual en el otro equipo.

El omega perdió de vista por un momento a Sirius cuando se distrajo con una de sus compañeras maldiciendo en voz baja a alguien del equipo de Gryffindor, la ignoró y se apresuró a bajar. Seguramente el tonto de Sirius estaría esperándolo para intentar reclamar alguna especie de premio por ser un buen perro.

Ya abajo, chocó con algunos estudiantes mientras buscaba al Black mayor disimuladamente, ¿dónde mierda se había metido ese pulgoso?. Recorrió la mitad de la cancha cuando Alessa lo atrapó, –¿A quién buscas?– preguntó mientras lo sujetaba del brazo.

–Voy a maldecir a King por su última jugada– mintió refiriéndose al buscador de la casa de los leones.

–No te creo pero suena divertido, te ayudaré a buscarlo– dijo con diversión; genial, ahora tendría que ir a buscar al idiota ese.

La italiana lo jaló del brazo y lo guió hacia la parte interior de las gradas donde anteriormente estaban los Hufflepuff, justamente a lado de los Gryffindor. Se acercaron sigilosamente al tumulto de rojo con dorado y ahí vio a quien buscaba... besándose con una rubia a la que no se molestaría en identificar.

Severus se soltó de Alessa y comenzó a correr lejos de ahí, no importaba donde, solo... solo quería alejarse de la gente.











🌸✨: Era demasiado bueno para durar tanto

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