Snape:
Aquí está mi sangre y... me veré muy entrometida pero Sirius realmente no se ve como alguien de tu estilo, aparte de que siempre se mete en problemas por X o Y cosa.
Solo cuida con quien te juntas, nunca es tarde para retomar el buen camino.
Bellatrix Lestrange.
Severus terminó de leer la carta y dió algunos pasos para tirarse en su cama, después de haber dejado la muestra en su escritorio. Ni siquiera sabía que sentía por Sirius.
Por un lado tenía frescos los recuerdos de ellos besándose, los coqueteos, los mimos cuando él se sentía mal, las miraditas a lo lejos, sus aromas mezclados, las mariposas en su estómago, las sonrisas, los detalles que podrían parecer pequeños e insignificantes pero para él eran algo.
Y por el otro estaban los recuerdos de los gritos, todos los insultos y acusaciones que cada uno había lanzado al otro, el intercambio de maldiciones, las tardes que tan solo soportaba los días con tal de volver a su cama, los días en los que solo ansiaba subir hasta la torre de astronomía y tan solo dejar de sentir.
Los días en los que llegaba a llorar de la impotencia, los días que no podía dejar de buscarlo con una mirada llena de ilusión, las tardes que había estado a momentos de matarlo con sus propias manos, noches que habían compartido entre besos y sonrisas.
Mientras que en el lado contrario estaba Alessa, la chica que lo había ignorado durante cinco años, hasta que en sexto regresó como un "beta" pero que de alguna manera se había enterado de su verdadera casta y desde ahí no había hecho nada más que verlo con devoción.
Su primer beso había sido con ella, aunque su primera decepción amorosa también, la primera persona que había hecho que su piel se erizara con tan solo su presencia, su aroma protegiéndolo, las tardes que pasó consolandolo después de una pelea con Evans, las contadas veces que había llegado a golpear a alguien por insultarlo o insinuarse, seguido de una larga lista de regalos, coqueteos y halagos tanto en público como en privado.
Pero ahora que tenía el panorama completo, era imposible notar sus pequeñas descargas de ira contra él, el inevitable dato de que ella mandaba a Evans, cuando se enojaba con él lo ignoraba por completo, cuando su espíritu competitivo se iba contra él, las veces que intentó hacerlo dejar de realizar tareas ajenas por dinero, cuando se molestaba por juntarse tanto con alfas que no fueran sus amigos.
Soltó una queja ahogada en su almohada y levantó un poco la cabeza, quería quedarse ahí todo el día pero le quedaban 3 horas para que iniciara la cena, así que se revolcó un poco entre sus cobijas y se levantó sin mucho ánimo, tenía que empezar con las pruebas de Bellatrix.
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–¿Podemos hablar?– preguntó Zabini desde el marco de la puerta con la cabeza baja.
–No– dijo Severus sin despegar la mirada de su poción.
La alfa permaneció en el mismo lugar unos segundos que parecieron eternos y se pasó sin tener en consideración la decisión del omega. –Te dije que no quiero hablar– reafirmó el mestizo, esta vez sí levantando la mirada para verla con un ceño fruncido.
La italiana ignoró sus palabras nuevamente y se acercó a darle un beso en la frente, –Sé que estás enojado pero quiero que sepas que yo no, sé que desquitaste tu enojo conmigo a través de Black pero esto no tiene porqué continuar, te amo–.
–Se que tu mandabas a Evans– soltó sin previo aviso y le bajaba al fuego.
–¿Qué?– preguntó impactada.
–La chica a la que mandaste a besar a Black lo confesó–
–No tengo idea de qué hablas–
–Si, lo sabes y... no me voy a gastar en darte un sermón del porqué eso estuvo mal, tanto Black como tu son un par de idiotas– masculló lo último.
No fue necesario intentar descifrar cómo se sentía a través de su aroma, su rostro con una mueca de ofendida lo decía todo. –Te dije que no quería hablar ahora– se excusó y volvió a su poción.
Alessa no pronunció palabra alguna y simplemente se fue, las piernas de Severus se empezaron a debilitar y se sentó en la silla más cercana, era imposible ver las señales ahora que tenía todo el panorama; en el pasado nunca habría mencionado esas palabras y aunque lo hubiera hecho, se habría disculpado inmediatamente.
Suspiró y escondió su rostro entre sus manos... estaba cansado, cansado de la escuela, de las personas, del ambiente... de ser un omega.
Se enderezó y notó algunas lágrimas contenidas en sus ojos, la hora de la cena ya no tardaba pero en realidad no tenía hambre. Se levantó con pesar y guardó todas sus cosas para salir a despejarse un momento, necesitaba aclarar su mente o despejarse, cualquiera de las dos le servía.
🌸✨: Los capitulo que les debía <3
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Parches para el aroma
FanficUn omega con deseos de pasar como un beta y dos pretendientes, un alfa que está dispuesto a dejar su vida como casanovas y una alfa que tiene bien claro que es lo que quiere o más bien: a quién quiere