Capitulo 19

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Severus estaba tan ensimismado en sus pensamientos que ni siquiera notó como alguien lo seguía hasta que casi al llegar al salón de pociones, alguien lo tomó del brazo y lo metió de golpe para encerrarlo.

Iba a reclamarle a la persona desconocida pero al voltear, aparentemente no había nadie. Se quedó quieto unos segundos y su cerebro hizo "click".

–Black– murmuró enojado.

Y le atinó porque el alfa salió de debajo de la capa, –¿Por qué no traes tus parches?– preguntó también enojado.

–No es de tu incumbencia–

–Claro que lo es–

–¿No tendrías que estar besandote con tu novia o algo así?–

–No tengo novia, quiero cortejarte a ti–

–¿De verdad crees que te voy a creer?–

El Gryffindor parecía confundido así que el Slytherin decidió gastar un poco de su tiempo en explicarle algo tan obvio.

–Te vi besandote con tu novia el día del partido, esfumate–

–¡Esa chica no es mi novia! ¡Ni siquiera la conozco!–

–Ajá– "aceptó" sarcásticamente.

–¡Zabini la mandó! y yo la rechacé inmediatamente–

–¿De que hablas? Alessa no haría eso–

–¡Zabini es una arpía!–

–¡Pues esa "arpía" es una de las mejores alfas que he conocido!–  al decir eso, la imagen de aquel tierno cachorro de ojos grises volvió a atacar su mente.

–¡Lo dices porque eso es lo que ella quiere que creas!–

–¡Alessa jamás haría eso! ella no es así– dijo y cruzó los brazos, sintiéndose más como un abrazo así mismo.

–Sev–

–¡No! !ella me protege, me hace sentir seguro, no juega conmigo cómo tú!– le gritó angustiado.

–¡Severus!– sabía que eso podría pasar pero no contó con que lo tacharia a él del malo de la historia.

–¡No! ¡y más vale que te alejes de mí!– amenazó mientras le apuntaba con su varita.

–¡Severus!–

–¡No!– y con eso último, salió de la habitación, dejándolo totalmente frustrado e incrédulo.

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Severus estaba tan concentrado mientras preparaba su poción para los parches que ni siquiera notó cuando Barty entró con una carta en la mano. El beta se aclaró la garganta para atraer su atención y en cuanto el omega volteó, le tendió un sobre sellado con cera morada con detalles dorados y un escudo que reconoció de inmediato.

Apagó el fuego y se apresuró a la puerta para tomar el sobre, Barty le sonrió al verlo feliz y salió de la habitación para darle privacidad. Acercó el sobre a su nariz y ahí estaba: el hipnotizante aroma de su alfa, suspiró cohibido por el sentimiento que se producía dentro de él y abrió rápidamente el sobre.

Primor:

Apenas llego a casa de mis abuelos y ya te estoy escribiendo una carta para decirte que desearía haberte traído. Se que todavía tenemos toda una vida por delante juntos pero eso no me hace desear menos el estar a tu lado en cada momento.

Sin embargo, ¿cómo estuvo tu mañana?. La mía fue algo ajetreada por la documentación pero es lindo estar de vuelta en mi país natal.

En cuanto llegué, mi abuela me interrogó para saber si ya tenía a alguien en mente y no pude evitar sonreír ante tu recuerdo. Por mi te habría presumido ante toda mi familia pero quiero hacerlo una vez pueda traerte.

Deseando estar allá, Alessa Zabini.

Era una ridiculez pero se sentía como aquellas omegas que suspiraban cada que veían a Alessa; mariposas en el estómago, sonrojo en cara y orejas, unas enormes ganas de sonreír y una gran emoción que recorría todo su cuerpo, mientras que su corazón se aceleraba.

Suspiró y siguió con su poción mientras no podía dejar de pensar en la carta.

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Iba llegando a su habitación después de haber pasado toda la tarde paseando por aquí y por allá con Regulus y Barty cuando notó una hoja arrugada sobre su escritorio.

Sacó la carta de Alessa para dejarla sobre un cuaderno y tomó la hoja desconocida para abrirla.

Prueba número #30 para la poción de fertilidad en alfas femininas. Lo siento si querías postre, tenía miedo de que se me cayeran...

Su corazón se pasmo por un segundo y lo único que pudo hacer fue arrugar la hoja de nuevo. Seguramente algún elfo había sacado el papel antes de llevarse su capa.

Quería quemar ese pedazo de papel pero no siquiera podía moverse. Pero sentía como si algo paralizara todo su cuerpo, dejándolo estático

Parches para el aromaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora